El Departamento de Estado de EEUU afirma que los ciudadanos de Venezuela están sufriendo por la represión autoritaria y la mala gestión económica de su Gobierno
Es un majadero de tomo y lomo. Incampaz de contenerse, callarse o reflexionar. El chavista Nicolás Maduro lamentó este 11 de mayo de 2017 que el Ejecutivo estadounidense de Donald Trump continúe la «fracasada» senda de sus antecesores Barack Obama y George W. Bush y acusó a su administración de financiar una «insurgencia armada» para promover la violencia en el país.
Venezuela «lamenta que sus nuevas autoridades sigan por la senda ya fracasada de la era Bush y Obama, al desatender el llamado del Gobierno venezolano para procurar relaciones diplomáticas de respeto e igualdad», indicó en un comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Repudió «el sórdido y funesto plan de intervención y tutelaje dirigido por la administración estadounidense, en conjunto con factores de poder en ese país».
En la nota, se acusó a Washington de dar «financiamiento y apoyo logístico» a grupos violentos en Venezuela que «han facilitado una insurgencia armada, la cual tendrá como respuesta la aplicación de las leyes».
La reacción del Gobierno chavista se produce tras las afirmaciones del encargado para Latinoamérica en el Departamento de Estado de Estados Unidos, Francisco Palmieri, sobre la crisis venezolana, en las que señaló que los ciudadanos «están sufriendo por la represión autoritaria y la mala gestión económica de su Gobierno».
Caracas rechazó «categóricamente» estas declaraciones, así como «la inaudita y sistemática pretensión del Gobierno estadounidense para intervenir Venezuela e imponer un tutelaje sobre nuestra Patria».
Sostuvo que Estados Unidos se ha valido de pronunciamientos, sanciones unilaterales extraterritoriales, financiación económica de organizaciones «con fines terroristas», bloqueo financiero y amenazas de intervención militar «para enmascarar un abierto proceso de intervención marcado por el injerencismo grosero y la violación del Derecho Internacional».
Según la diplomacia venezolana, solo durante los últimos cinco meses se han recibido 105 acciones y declaraciones «hostiles» que, basadas «en falsos supuestos, procuran torcer la realidad de Venezuela».
Responsabilizó de la violencia de las últimas semanas, dentro de las protestas antigubernamentales, a «las decisiones hostiles e intervencionistas» adoptadas en la Organización de Estados Americanos (OEA) con su decisión de discutir en su seno la situación de Venezuela sin el consentimiento de su Ejecutivo.
El intento de la OEA de convocar a una reunión de cancilleres activó «a los factores más violentos y antidemocráticos tanto en Venezuela como en la región».
