El hijo del capo: "No puedo entrar en Estados Unidos, no soy narco, no me dan la visa por eso"

Juan Pablo Escobar: «Me obligaron a ser pobre, me robaron a punta de pistola la fortuna de mi padre»

"Mi vida valía cuatro millones, afortunadamente nadie los pagaría ahora"

Juan Pablo Escobar: "Me obligaron a ser pobre, me robaron a punta de pistola la fortuna de mi padre"
Juan Pablo Escobar, hijo del conocido narcotraficante colombiano Pablo Escobar Gaviria. TV

"El Chapo" y Pablo Escobar no son comparables, son épocas diferentes; hijos de narcos mexicanos me han buscado para contarme sus vivencias

Juan Pablo Escobar, hijo del conocido narcotraficante colombiano Pablo Escobar Gaviria, ha presentado este 30 de noviembre de 2017 su segundo libro «Pablo Escobar: lo que mi padre nunca me contó» en el noticiero ‘Despierta con Loret’.

Escobar asegura que su padre le habló desde los siete años de su actividad criminal, por ello, con la aparición de exitosas series sobre narcotráfico no entiende cómo se «glorifica» este papel.

«Las series de narcos no están pegadas a la realidad, glorifican la actividad criminal y ahora todos los jóvenes quieren ser como Pablo Escobar».

«Tras la muerte de mi padre recibimos amenazas de muerte. Me amenazaron porque no me convertí en narco. Mi vida valía cuatro millones de dólares, pero por suerte ya no hay nadie que quiera pagar esa cantidad».

 «Con pistola en mano, los enemigos de mi padre vinieron a cobrarse todo el dinero. En mi libro cuento que doy las gracias porque me robaron todo el dinero, así nos permitieron empezar de cero con una nueva vida. Ahora mismo soy arquitecto, gracias a dios he salido adelante, pero me condenaron a ser pobre».

Juan Pablo Escobar se encuentra en México para presentar su novela en la Feria del Libro de Guadalajara. En ella, narra lo que significaba ser enemigo del narcotraficante más sanguinario de la historia.

«Hablé con jefes paramilitares, guerrilleros e incluso con el hijo del cartel de Cali y con más hijos de narcotraficantes de la época. Tuve la gran oportunidad de reconciliarme con todos ellos».

Asimismo, el arquitecto ha narrado la forma de operar de su padre en la ruta conocida como «el tren».

«Mi padre enviaba desde Colombia hasta Miami unas 20 personas a la semana con un total de 800 kilos de cocaína. Los agentes corruptos de la DEA, y personal del aeropuerto y de las aerolíneas cobraban una tasa de unos 3,000-3,500 dólares por cada kilo de cocaína que dejaban pasar. Los propios agentes de la DEA lo permitieron. Según afirmaban, mi padre se embolsó un total de 800 millones de dólares, mientras que los agentes de Estados Unidos ganaron 400 millones. Sin embargo, nadie conoce los nombres de los dueños del cartel de Miami ni de ninguno de Estados Unidos. El mundo solo conoce a los narcotraficantes de América Latina».

México y Colombia

Preguntado sobre la influiencia de los carteles colombianos en los mexicanos, el hijo de Pablo Escobar asegura que en un principio, «los colombianos tenían tanto poder que utilizaban a los mexicanos para extenderse, hoy es a la inversa».

«Esto no significa que se haya terminado el narcotráfico en Colombia, es simplemente un cambio de localización. Todo forma parte de un juego internacional que está promoviendo la violencia. Siempre que haya un consumidor dispuesto a comprar, habrá un narcotraficante que venda droga. Esta guerra nunca acabará».

Sobre la comparación de su padre con «El Chapo Guzmán», Juan Pablo Escobar afirma que «son épocas diferentes, personajes distintos y diferentes tipos de drogas. Es difícil compararlos. Pablo optó por combatir al Estado, mientras que «El Chapo» pactaba con él. Mi padre amenazaba continuamente al Estado, posteriormente los capos entendieron que eso les dañaba el negocio».

El escritor también ha querido contar que varios hijos de capos mexicanos le han buscado porque se sienten identificados con su forma de vida.

«El mensaje que estoy llevando a la sociedad ha llegado a ellos. Todos los hijos de los capos hemos aprendido ciertas lecciones y hemos aprendido que el camino de la violencia no es el bueno».

El hijo de Pablo Escobar ha dejado claro que no puede entrar en Estados Unidos porque «no tiene visa».

«No soy narco, no me la conceden» ha especificado, al tiempo que ha añadido que «el Estado debe legalizar las drogas para quitarle el poder a los grupos criminales. En todos los países de Latinoamérica, cuando decomisan la droga, la destruyen, en Estados Unidos esto no lo hemos visto».

«Los Estados no son conscientes de la violencia que implica la prohibición de estas sustancias. En su momento, las autoridades querían llegar a un acuerdo con mi familia porque pensaban que teníamos 800 millones de dólares de dinero en cuentas de Estados Unidos. Evidentemente ese dinero no existía, pero aún así nos ofrecieron 100 millones a cambio de 800 millones. Yo acepté, de hecho les dije que con diez millones me era suficiente, que no eran necesarios 100. Ese era parte del mito de mi padre. Ese dinero jamás existió».

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