Los estados de Táchira y Zulia sufren de escasez de gasolina por el contrabando a Colombia
Los estados venezolanos fronterizos con Colombia figuran entre las primeras víctimas de la «guerra económica» que el gobierno de Caracas denuncia, aunque sus habitantes señalan que hasta miembros del ejército bolivariano participan contra los intereses nacionales.
Estados como Táchira y Zulia sufren de escasez de gasolina porque se va de contrabando a Colombia debido a que su precio subsidiado genera ganancias a los contrabandistas.
Y algo similar sucede con el ganado venezolano en pie o canal, que se vende en las carnicerías colombianas sin constancia de que en su procesamiento se han seguido medidas de higiene.
En gasolineras, las filas para comprar el combustible pueden durar desde ocho horas hasta cuatro días, debido a que se ha reducido el número de las pipas que surten Táchira sin que haya alguna explicación por parte de Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
La delincuencia se hace presente en las filas de consumidores que esperan el combustible, pero la vigilancia que supuestamente resguarda el orden sigue sin actuar, reseña la versión electrónica de El Universal.
A la reducción del número de pipas que debería de llegar a esa entidad -unas 59- se agrega el contrabando, del cual se acusa directamente a los directivos de Pdvsa y a los miembros de mayor rango de la Guardia Nacional Bolivariana.
La diputada Gaby Arellano acusa directamente de la escasez y el contrabando a una «cúpula muy pequeña auspiciada permanentemente por Nicolás Maduro».
Dijo que las pipas salen de noche hacia Colombia «bajo la anuencia de las fuerzas armadas que custodian la frontera y los directivos de Petróleos de Venezuela que no surten las estaciones de servicio pero que si revenden gasolina».
Contrabando de carne
Por su parte, el contrabando de reses venezolanas a carnicerías colombianas es constante, y si antes eran animales en pie, ahora se usan mulas cargadas con partes de reses. El contrabando abarca ejemplares de ganado porcino, bovino y equino, que siguen llegando a mataderos colombianos clandestinos.
En esos mataderos los animales son sacrificados de manera cruel y sin medidas elementales de higiene, destaca un trabajo de la revista colombiana Semana. Los contrabandistas de carne tienen la cooperación del crimen organizado regional, que les informan cuando van a llegar las autoridades.
La policía colombiana intenta ahora otra estrategia, que es la de evitar que la carne venezolana sea comprada en tierra colombiana y combatir a los grandes contrabandistas más que el contrabando de algunos kilogramos. De acuerdo a Semana, en lo que va de este año los decomisos por el contrabando de ganado representan 1.17 millones de dólares contra el poco más de millón de dólares de 2016.
La endeble higiene pone en riesgo la certificación a Colombia de territorio libre de aftosa, y un brote de esa enfermedad podría afectar las exportaciones colombianas de productos lácteos y carnicos. El mercado chino, que hace poco se ha sumado a los destinos de las exportaciones colombianas, podría estar en riesgo de perderse si resurge la fiebre aftosa.
