ELECCIONES PRESIDENCIALES

El derechista Bolsonaro logra una apabullante victoria en Brasil pero tendrá que ir a segunda vuelta contra el heredero de Lula

Dilma Rousseff, que iba de favorita al Senado por el estado de Minas Gerail, no saca ni escaño

El derechista Bolsonaro logra una apabullante victoria en Brasil pero tendrá que ir a segunda vuelta contra el heredero de Lula
Jair Bolsonaro (Brasil). EP

En la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil al candidato ultraderechista Jair Bolsonaro ha obtenido una impresionante victoria con el 47,3 por ciento de los votos.

Una victoria que corre en paralelo con el batacazo que se ha pegado El Partido de los Trabajadores (PT) de Dilma Rousseff y Luiz Inácio Lula da Silva.

En las elecciones generales de Brasil de este domingo 7 de octubre de 2018, se elegía al presidente de la República, los gobernadores de los 27 estados, los 513 diputados federales y dos tercios del Senado.

El candidato izquierdista del Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad, se ha hecho con el 26,97 por ciento de los apoyos y eso le da derecho a acudir a una segunda vuelta prevista para el próximo 28 de octubre, dado que Bolsonaro no ha logrado la mayoría absoluta este domingo.

En tercera posición se encuentra el exgobernador y candidato del Partido Democrático Laborista (PDT), Ceará Ciro Gomes, que ha obtenido el 12,42 por ciento de las papeletas.

Gran parte del apoyo de Haddad se concentra en el noreste de Brasil, que a menudo es más lento para informar de los resultados electorales.

Unos 147,3 millones de brasileños elegían este domingo al nuevo presidente del país. También votaron por el vicepresidente, el Senado y otras autoridades locales.

La amplia victoria del ex militar Bolsonaro ha sido un duro castigo a las fuerzas tradicionales de centroderecha, que han sido literalmente barridas del mapa por el candidato del Partido Social Liberal (PSL), formación que nunca había gobernado un estado brasileño y que jamás había tenido más de nueve de los 513 diputados.

Dilma Rousseff ha perdido el escaño de senadora por el estado de Minas Gerais al que aspiraba en las elecciones de Brasil. Ha quedado en cuarta posición, con un 15,04% de los votos, según los datos oficiales con el 93,17% del censo escrutado.

La expresidenta brasileña, quien lideraba todos los sondeos previos, se ha quedado muy lejos de las dos primeras posiciones que daban derecho a dos asientos en el Senado por ese estado.

Concurría por el PT, que lidera el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva desde prisión, en un intento por volver a la vida política tras haber sido destituida como jefa de Estado por ese mismo Senado a mediados de 2016 por irregularidades en las cuentas públicas.

El PT lo pierde todo en Minas Gerais

El gobernador de Minas Gerais, Fernando Pimentel, un importante líder del PT, ha sido derrotado en su intento de ser reelegido como mandatario del segundo estado más poblado de Brasil.

Pimentel ha sido el tercer candidato más votado, con solo el 22,60% de los votos, con lo que el PT ha perdido el estado más importante que ha gobernado hasta ahora en su historia.

La gobernación de Minas Gerais tendrá que ser definida en una segunda vuelta el 28 de octubre entre el empresario Romeu Zema, candidato del partido Novo y que ha obtenido el 43,27% de los votos, y el senador Antonio Anastasia, del Partido de la Social Democracia Brasileña, que gobernó el estado entre 2006 y 2014, y que ha obtenido el 29,07% de los votos.

Zema, un millonario neófito en la política y que controla una red de 440 tiendas y 360 gasolineras, ha sido una de las grandes sorpresas en las elecciones, ya que no aparecía como favorito en las encuestas. El empresario se ha beneficiado de su decisión de última hora de apoyar al ultraderechista Bolsonaro.

Pimentel, que fue ministro de Desarrollo e Industria en el Gobierno de Rousseff, ha salido perjudicado por el descalabro que ha sufrido la expresidenta.

Consecuencias para el rival de Bolsonaro en segunda vuelta

La derrota en Minas Gerais supone una amenaza para Haddad debido a que no tendrá ningún aliado disputando la segunda vuelta por la gobernación, lo que puede reducir su caudal electoral en el segundo mayor colegio electoral de Brasil.

Eduardo Suplicy, candidato al Senado por el PT, también ha sufrido una derrota importante en el estado de Sao Paulo, el mayor colegio electoral del país. Fue senador durante 24 años y es un histórico dirigente de la formación progresista pero ha quedado en tercer lugar, con un 12,81% de los votos.

Las dos plazas por Sao Paulo han sido para Sergio Olímpio Gomes, más conocido como Major Olímpio, del Partido Social Liberal (PSL), que lidera el candidato presidencial ultraderechista Jair Bolsonaro, y Mara Gabrilli, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).

El PT también ha perdido la gobernación en el estado de Acre, uno de sus más antiguos reductos electorales, donde no había sido derrotado desde 1998.

La victoria ha sido para Gladson Cameli, del Partido Progresista (PP), con el apoyo del 53,65% de los electores. El candidato del PT, Marcus Médici ha conseguido el 34,55%. Venía de desempeñarse como alcalde de Río Branco (capital de Acre), cargo al que nunca había llegado un candidato ‘petista’.

El diputado más votado de la historia es un hijo de Bolsonaro

El partido de Bolsonaro también suma los éxitos de los hijos del candidato: Eduardo Bolsonaro, se ha convertido en el diputado federal más votado de la historia de Brasil, al obtener 1.814.443 votos para la Cámara Baja.

Eduardo, de profesión Policía Federal y candidato en Sao Paulo por el Partido Social Liberal (PSL), que lidera su padre, intentaba la reelección para un segundo mandato en la Cámara de Diputados brasileña tras ser elegido en los comicios de 2014.

Flavio Bolsonaro, hermano de Eduardo, ha conseguido un escaño para el Senado por el estado de Río de Janeiro al conseguir un 31,35% de los votos; ya fue diputado en la Asamblea Legislativa del mismo estado y experimentó una fuerte subida en los sondeos con el aumento de la popularidad de su progenitor.

Ambos hijos han servido de altavoces de su padre mientras este último se recuperaba de la puñalada que recibió el pasado 6 de septiembre durante un mitin electoral y que le mantuvo 23 días hospitalizado.

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