«Estas fiestas de Carnavales 2018 llevarán alegría al Pueblo venezolano, porque también creemos en el derecho a la felicidad. Esperamos que 3 millones 500 mil compatriotas disfruten en playas, parques, ríos y balnearios».
Eso escribió en su cuenta de Twitter, sin que se le cayera la cara de vergüenza, el dictador Nicolás Maduro, amigo y financiador de Monedero y los zarrapastrosos de Podemos.
El mensaje podría haber pasado desapercibido si no fuera por la foto que eligió para acompañar al texto: él caradura, vestido con un suéter de la marca Lacoste, que cuesta USD 155, el equivalente a 147 salarios mínimos de los venezolanos.
La imagen causó indignación. Es que los venezolanos pasan hambre hace años, pero en los últimos meses la crisis -ya inocultable para el régimen- se profundizó.
El suéter Lacoste de Maduro cuesta en Estados Unidos es de USD 155, aunque ahora, se puede encontrar de oferta a USD 76,99.
Visto desde España no parece gran cosa, pero lo es si pones en Caracas. Primero porque los venezolanos no pueden acceder a él. Por varias razones, entre las que prima que en Venezuela no se venden.
Pero aunque sí estuviera disponible en su país habría que empeñar 147 salarios mínimos para comprarlos.
Venezuela entró técnicamente en hiperinflación a fines del año pasado, al superar el umbral del 50% de inflación mensual. Es que cerró el 2017 con una inflación acumulada superior al 2.735%, superior al 80 por ciento.
Los venezolanos no tienen dinero para comprar alimentos pero aunque lo tuvieran, tampoco consiguen los necesario para una alimentación digna y equilibrada ya que hay un desabastecimiento extremo.
Según la encuestadora Datanálisis, el país petrolero sufre una escasez del 80% de productos básicos producto de la severa crisis económica agravada por la caída del precio del crudo, su único ingreso.