Investigaciones periodísticas han puesto en jaque a la Organización Cisneros, dueña del certamen Miss Venezuela y del canal de TV que lo transmite desde hace 65 años, obligándolos a frenar sus labores por tiempo indefinido
Al final, la corrupción y la ineptitud chavista lo impregnan todo. Incluso lo más bonito.
El exdirector de la organización de Miss Venezuela, Osmel Sousa, habló por primera vez luego que varias exparticipantes de ese concurso aseguraran que este prostituía de alguna manera a las jóvenes.
Sousa, quien dirigió uno de los certámenes de belleza más importante del mundo por 40 años, indicó que hay una importante empresa que está detrás de las expresiones de varias ex reinas de belleza.
«Yo se que el fondo de todo esto, es una campaña orquestada por una compañía que esta en un hermano pais, para desprestigiarme, todo porque creen que yo me voy a quedar con una franquicia internacional muy importante».
Investigaciones periodísticas y testimonios de exparticipantes, denunciando patrocinios ocultos de las misses a cambio de compañía y/o favores sexuales, han estallado en la cara a los organizadores.
“Se realizará una revisión interna para determinar si ha habido actividades que quebranten los valores y la ética del certamen”, explicaba en un comunicado la Corporación Cisneros.
El diario digital venezolano Efecto Cocuyo tiene en gran parte la culpa del pinchazo del negocio venezolano de las misses.
Su exhaustivo reportaje La fábrica de la belleza donde los ‘santos’ hacen milagros desgrana la cara oculta de un certamen que es el sueño de miles de jóvenes del país y también la oscura inversión de decenas de empresarios, incluidos algunos directamente relacionados con el chavismo.
La grave situación económica en Venezuela de los últimos años ha hecho que prolifere la figura del ‘santo’, una suerte de patrocinador oculto de las aspirantes a la corona.
Sólo por el hecho de intentar competir, cada chica debe estar preparada para desembolsar unos 32.000 dólares. El equivalente a 924 salarios mínimos mensuales o 77 años de trabajo, según recoge Jesús Ossorio en El Español.
La infraestructura necesaria para una candidata a Miss Venezuela comprende grosso modo de: un amplio y costoso fondo de armario, un apartamento en Caracas para estar cerca de ‘la Quinta’ -sede del certamen-, entrenador personal y toda una ristra de retoques estéticos.
Según el cálculo de la investigación de Efecto Cocuyo, hacer frente a las cuatro cirugías plásticas más frecuentes en estos casos -rinoplastia, mamoplastia, liposucción y orejas- cuesta de media 14.000 dólares.
VÍDEO DESTACADO: Sthefany Gutierrez, Miss Venezuela 2017/2018 – Traje de Baño y Noche