Sebastian Woodroffe mató supuestamente a Olivia Arévalo, chamán de la etnia shipibo-conibo

Terror en la Amazonia: una curandera asesinada y un canadiense linchado

Los propios indígenas difundieron un vídeo en que vecinos del pueblo ahorcan al 'homicida extranjero'

La tragedia sucedió hace un par de años, en abril de 2018 y todavía retumba en la Amazonia peruana.

Los protagonistas, ambos ya cadáveres, fueron Sebastian Woodroffe y Olivia Arévalo.

Sebastian era un joven canadiense, que con 2.000 dólares recaudados en la plataforma de crowdfunding Indiegogo, había viajado a Perú para aprender de plantas medicinales que le ayudaran contra una adicción.

Olivia que tenía 81 años, era la curandera local. la vieja peruana era una líder conocida en el mundo del pueblo shipibo como chamán.

La mujer fue asesinada a tiros en plena calle, en la comunidad intercultural Victoria Gracia, en el departamento amazónico de Ucayali, al noroeste de Lima.

El informativo indígena Servindi empezó a difundir a las pocas horas un volante con la foto de Woodroffe.

Lo había confeccionado la familia Arévalo. Aparecía su imagen, los argumentos de la familia y una oferta de recompensa:

“Este es el hombre que asesinó a la maestra Olivia Arévalo después de hacerle cantar un ícaro. La encontró sola, le pidió que cante y después la mató”.

Los ícaros son cantos de ceremonias de curación, en las que usualmente se bebe ayahuasca, una raíz de efectos alucinógenos.

Luego del asesinato de Arévalo, en redes sociales circuló un vídeo de uno de sus cantos.

Las primeras versiones sobre el asesinato de la anciana no identificaban al culpable, sino sólo que había escapado en una motocicleta o en un motocar.

Tres días después, el canadiense fue ahorcado por indígenas que decidieron hacer justicia con sus manos.

En el vídeo se aprecian golpes en contra del canadiense y luego su ahorcamiento.

Una docena de personas aparecen observando la escena, incluidos algunos niños.

El 21 de abril de 2018 la Policía peruana encontró el cadáver del canadiense en el asentamiento de Victoria Gracia, situado a unos 20 minutos de la localidad de Yarinacocha, en el departamento de Ucayali, informa El Comercio.

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