CRIMEN Y CASTIGO

Brasil: la vida del atracador es corta y la muerte dura

El presidente brasileño, Michel Temer, firmó el pasado febrero de 2018 un decreto que pone al ejército a cargo de la seguridad de Río de Janeiro, una medida extraordinaria con la que busca restaurar el orden en la segunda ciudad más grande del país y, en general, en el estado de Río en medio de una epidemia de violencia.

Es la primera vez que un líder de Brasil ordena una intervención militar en un estado desde que la nación sudamericana regresó a la democracia en los años ochenta.

La decisión fue anunciada dos días después del cierre del Carnaval de Río que estuvo empañado por hurtos masivos, saqueos de tiendas y enfrentamientos entre la policía y pandillas.

El decreto le da amplia autoridad al ejército para «restaurar el orden», en palabras de Temer. Las fuerzas policiales civil y militar, afectadas por falta de personal y de equipo, quedan al mando del general Walter Souza Braga Netto.

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