El presidente de México se está tomando como un juego la pandemia del coronavirus. Andrés Manuel López Obrador está ignorando todas las pautas de distanciamiento social para detener los efectos del COVID-19. En este sentido, lejos de apostar por el aislamiento, el primer mandatario sigue organizando manifestaciones masivas donde se da la mano e incluso saluda a los partidarios con abrazos y besos.
El expresidente Felipe Calderón advirtió en Twitter que López-Obrador «podría ser una fuente de contagio … Si de cada 300 personas que saluda, una está infectada, puede infectar al resto de las personas sanas». Sin embargo, no se trata de un mero ataque desde el ámbito político, sino de un riesgo real para la salud pública mexicana y mundial.
Medidas insuficientes
El Ministerio de Salud de México presentó una iniciativa llamada «Sana Distancia» o «Distancia Saludable» con el objetivo de evitar que el público se infecte entre sí mediante la práctica del distanciamiento social. Las escuelas están suspendidas a partir del 23 de marzo.
Una medida insuficiente tras conocer que México tiene más de 50 casos confirmados de coronavirus y que se ha adoptado un enfoque menos estricto del virus que algunos de sus vecinos; sus fronteras aún están abiertas y aún no restringe a los visitantes extranjeros.
Como si fuera poco, durante el fin de semana, se llevó a cabo un gran festival de música en la Ciudad de México, y los juegos de fútbol todavía tenían la asistencia de fanáticos.
López-Obrador, de 66 años, dijo que si los funcionarios de salud recomiendan suspender los encuentros con el público, seguirá la orden, pero agregó que no hay necesidad de andar con una máscara facial.
Un gobierno irresponsable
El viceministro de salud de México, Hugo López-Gatell, defendió las acciones de López-Obrador y no ha dicho cuándo debería dejar de realizar manifestaciones.
Durante una conferencia de prensa, López-Gatell dijo que es importante no «contaminar» el brote de coronavirus con una «agenda política» y centrarse en la información que es «técnica» y «razonable».
Se hacía eco de la afirmación de López-Obrador de que los adversarios políticos estaban tratando de explotar las preocupaciones sobre el virus para dañarlo políticamente.
Sin embargo, la práctica del distanciamiento social, incluidas en algunos casos medidas estrictas de cuarentena, es, según los expertos en salud de todo el mundo, la mejor manera de tratar de contener la creciente y mortal pandemia.
Carlos Loret De Mola, columnista del periódico más grande de México, El Universal, escribió que el sector financiero, educativo y privado del país prácticamente había ignorado todos los comentarios del presidente que minimizan la propagación y el impacto del coronavirus.
«Para el mundo, para la sociedad mexicana e incluso para su propio gabinete, el presidente ha sido revocado», escribió Loret de Mola.
El Salvador, Guatemala y Honduras, los vecinos de México al sur, han tomado medidas estrictas para limitar la propagación del virus. El Salvador suspendió todos los vuelos de pasajeros a San Salvador, y Guatemala cerró todas sus fronteras. Honduras está cerca del cierre luego de que el gobierno envió a los trabajadores del sector público y privado a sus hogares, finalizó los vuelos y suspendió el transporte público.
