Si nuestros soldados ven a unos talibanes armados con fusiles: no pueden hacer nada.
«Si nuestros soldados ven a unos talibanes armados con fusiles: no pueden hacer absolutamente nada».
Lo explica el analista de política internacional, Florentino Portero cuando se le pregunta si los soldados españoles envíados a Afganistán saben exactamente a dónde van cuando suben al avión. «Ahí está el problema, que saben que van a una misión concreta donde lo tremendo es que ellos no pueden ir a por el enemigo aunque le tengan enfrente». Y es que si se topan con un grupo de talibanes tomando posiciones, tienen que esperar que éstos empiecen a disparar para poder actuar».
El grupo de soldados formados por Cristo Ancor, de 24 años, no pudo hacer nada. Una mina explotó al paso de su vehículo blindado. Ancor murió y cinco compañeros resultaron heridos.
En opinión de Portero, España está presente en el país asiático para tratar de limitar las consecuencias de la vergonzosa retirada de Irak. Así que una vez terminada la guerra, tocaba la reconstrucción y en el marco de la ISAF, una operación de la OTAN, España envió el contigente para ayudar. Desde la Alianza de las Civilizaciones resulta complicado hablar de combatir con las armas al islamismo y de imponer un régimen democrático.
«Pero ese contexto ha cambiado», asegura el experto. Y no para bien, ya que ha ido surgiendo la insurgencia. Un enemigo claro. Los talibanes. «Nos vemos obligados a aumentar la ayuda».
Actualmente hay tres destacamentos en Afganistán. Uno en Herat, otro en Kabul y un tercero en Qala I-Now. Su responsabilidad: garantizar la reconstrucción «política y social».
«CHACÓN DEBE EXPLICARSE»
«¿Qué está fallando para que nuestros soldados estén desprotegidos?», Portero cree que «falla la visión a largo plazo porque en esta guerra gracias a nuestra inacción, los talibanes han podido entrar en nuestra zona de influencia».
Y coincide con aquellas voces que exigen mayor protección para los militares. No solo mejorando las condiciones de un equipamiento ya obsoleto si no con dignidad. «Hemos ido en misión de la OTAN. No podemos salir sin avisar como lo hicimos de Kosovo».
En cuanto a los medios es evidente que resultan del todo insuficientes: «Años de ahorros y demagogia en el ministerio de Defensa se empiezan a notar».
El analista concluye que la ministra de Defensa, Carme Chacón, «no hace ni dice nada. España está en una guerra. Debería dirigirse a la nación y explicar la gravedad de la situación y en qué estado se encuentra el debate en Bruselas».