El Ejército de Tailandia apremia a los «camisas rojas» a volver a sus casas

El Ejército de Tailandia apremia a los "camisas rojas" a volver a sus casas
. Agencia EFE

El Ejército de Tailandia advirtió hoy a los manifestantes que desde hace más de un mes piden la disolución del Parlamento que se retiren pacíficamente de Bangkok porque tienen órdenes de dispersarles por la fuerza si fuera necesario.

La última vez que las fuerzas de seguridad disolvieron por la fuerza a los seguidores del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura, conocidos como los «camisas rojas», murieron 25 personas y 874 resultaron heridas, la mayoría manifestantes, el pasado 10 de abril.

«El tiempo se agota. Por favor, abandonad el área y personaros ante las autoridades», dijo el portavoz del Ejército, el coronel Sunsern Kaewkumnerd.

«Las autoridades serán firmes para dispersar las protestas y habrá caos (…) No queremos que arriesguéis vuestras vidas», añadió el militar.

El Ejército está amparado para actuar por el estado de excepción que rige en la capital tailandesa y algunas áreas de las provincias aledañas desde el 7 de abril.

Pero la advertencia de las autoridades fue desoída por los cabecillas del Frente Unido, que mantuvieron su negativa a negociar o a moverse del centro de Bangkok hasta que no se cumplan sus exigencias.

«No podemos negociar cuando nos están apuntando a la cabeza. La solución más sencilla es disolver el Legislativo, entonces nos marcharemos», respondió Weng Tojirakarn, uno de los dirigentes de los «camisas rojas».

El Gobierno ofreció la víspera al Frente Unido concluir en julio la presente legislatura, después de que los parlamentarios aprueben los presupuestos, pero la oferta fue rechazada.

Los manifestantes han fortificado sus posiciones en el centro de Bangkok, en prevención de una intervención de los cuerpos de seguridad, y hoy acudieron a la representación de la ONU para requerir al organismo internacional el envío de «cascos azules».

«Solicitamos la presencia de ‘cascos azules’ para prevenir que el primer ministro, Abhisit Vejjajiva, y el viceprimer ministro, Suthep Thuagsuban, envíen a los soldados a matar ‘camisas rojas’ desarmados», dijo Tojirakarn, quien fue escoltado por unos 2.000 seguidores hasta la sede de Naciones Unidas.

En Khon Kaen, la capital de la oriental provincia del mismo nombre, medio millar de opositores aceptó liberar el tren que bloqueaban en la estación desde el miércoles, porque pensaban que los 70 militares y 20 carros blindados que transporta se dirigían a Bangkok.

Un grupo de diez «camisas rojas» se quedará en el ferrocarril y acompañará al contingente hasta la sureña provincia de Pattani, para cerciorarse de que las autoridades no les han engañado.

El sur de Tailandia es escenario de un viejo conflicto musulmán separatista en el que han muerto cerca de 5.000 personas desde su reanudación, en 2004.

Unos 50.000 soldados y policías están desplegados en la capital desde que comenzaron las movilizaciones antigubernamentales con una concentración de 100.000 personas, el 14 de marzo.

Las protestas han transcurrido en general de manera pacifica, salvo los violentos enfrentamientos del 10 de abril y más de 40 granadas y bombas que han estallado en oficinas gubernamentales, sucursales bancarias y cuarteles, entre otros lugares.

Aunque el peso de la protesta recae en la capital, «camisas rojas» en la región septentrional, donde más seguidores tiene el ex primer ministro Thaksin Shinawatra, protagonizan otras manifestaciones de solidaridad que tienen menor repercusión.

Tailandia atraviesa una profunda crisis política fruto de la lucha que libran los partidarios y detractores de Shinawatra, depuesto en la asonada de 2006 y condenado en 2008 a dos años de cárcel por un delito de corrupción.

Shinawatra, que ha sido coronel de policía, magnate de las telecomunicaciones y luego primer ministro de Tailandia durante cinco años, comanda desde el exilio a los «camisas rojas».

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