Los «camisas amarillas» piden al Gobierno tailandés mano dura con los «camisas rojas»

Los "camisas amarillas" piden al Gobierno tailandés mano dura con los "camisas rojas"
. Agencia EFE

El frente conservador de los llamados «camisas amarillas», exigió hoy al Gobierno tailandés y al Ejército que acaben con las protestas de sus rivales, los «camisas rojas», que desde hace más de tres semanas ocupan el centro comercial de Bangkok.

La demanda fue hecha mediante sendos escritos dirigidos al primer ministro, Abhisit Vejjajiva, y al general Anupong Paochinda, y entregados por Chamlong Srimuang, líder de la Alianza de Pueblo para la Democracia, la plataforma que ocupó a finales de 2008 los dos aeropuertos de Bangkok.

Srimuang, ex gobernador de Bangkok y general retirado, acudió junto a unos 300 «camisas amarillas al cuartel del 11 Regimiento de Infantería, en Bangkok y donde el Gobierno tiene montado el centro de mando para las operaciones de seguridad.

A la salida del cuartel, Srimuang señaló que había recordado al Gobierno y al Ejército su obligación de restablecer el orden, y advirtió que el número de víctimas aumentará si no se actúa con rapidez contra los «camisas rojas».

Los «camisas rojas» del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura, provienen en su mayoría de las zonas rurales del norte y noroeste del país, las de mayor densidad demográfica y feudos de los testaferros del ex mandatario Thaksin Shinawatra, depuesto en 2006 y declarado en rebeldía a dos años de prisión por corrupción.

Exiliado y prófugo de la justicia tailandesa, el multimillonario Shinawatra, guía y financia las protestas de los camisas rojas desde un país de conveniencia.

Por su parte, el frente de los «camisas rojas» anunció hoy que planea solicitar a la Unión Europea (UE) el envío a Tailandia de observadores.

La capital tailandesa está hoy en relativa calma y los manifestantes continúan atrincherados en su campamento ubicado en el corazón comercial, tras los enfrentamientos librados ayer, que causaron un muerto y 19 heridos.

La violencia desatada a raíz de la confrontación que mantienen los manifestantes y el Gobierno, ha causado ya 27 muertos y cerca de 1.000 heridos en menos de tres semanas.

Como es habitual desde que ocupan la manzana más cara de Bangkok, los guardas de seguridad de frente de los camisas rojas patrullan las barricadas levantadas con neumáticos y empalizadas de bambú rociadas con gasóleo, a la vez que otean el horizonte para observar a los soldados apostados a menos de un centena de metros.

Tras las refriegas que tuvieron lugar en la autovía del norte de la urbe, la música vuelve a sonar en el interior de la base roja, y aunque son sólo melodías folclóricas del noreste del país, la región llamada Isan, parece como si fuera la de los tambores guerra.

Los varios cientos de «camisas rojas» que permanecen acampados no se despegan de sus barras de metal, cañas de bambú, ni de esos tirachinas que portan a la espalda, entre la cintura del pantalón y el dorso.

En otro desafió al estado de excepción y a las amenazas del Gobierno de actuar con firmeza, unos 2.000 manifestantes salieron el miércoles de su campamento fortificado en motocicletas, camiones y otros vehículos, en dirección al norte de Bangkok, donde fueron interceptados por unos 900 efectivos de las fuerzas de seguridad.

Durante las refriegas, un soldado falleció al ser alcanzado por un tiro realizado a corta distancia, y otras 19 personas resultaron heridas, dos de ellas de extrema gravedad, confirmó el Centro de Emergencias Médicas Erawan.

En su retirada a la base que tienen montada entre hoteles de lujos sin huéspedes y centros comerciales cerrados, los camisas rojas dejaron atrás 62 lanzaderas con sus respectivas granadas del tipo M-72, señaló el jefe de Policía de Bangkok, general Worapong Chiewprecha.

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