El líder norcoreano, Kim Jong-il, puso en alerta al Ejército y las fuerzas en reserva después de que Seúl le acusara de torpedear en marzo una corbeta surcoreana y acabar con la vida de 46 marinos, informó hoy la agencia local Yonhap.
Según la asociación de refugiados norcoreanos «Solidaridad Intelectual de Corea del Norte», citada por Yonhap, Kim dio esta orden el pasado jueves a través del vicepresidente de la Comisión Nacional de Defensa norcoreana, Oh Guk-ryul.
Oh leyó el jueves un comunicado ante los medios norcoreanos en el que el líder comunista ordenaba a sus militares y reservistas «estar preparados plenamente para un combate».
Este mandato se produjo el mismo día en que un equipo de expertos internacionales reveló en Seúl que el navío surcoreano «Cheonan», de 1.200 toneladas, fue hundido el 26 de marzo cerca de la frontera marítima con Corea del Norte por un torpedo disparado desde un submarino norcoreano.
Según la organización de refugiados, que cita a sus fuentes en Corea del Norte, Oh criticó a EEUU y Corea del Sur por «cometer locura de vengar» el hundimiento tras vincularlo con el régimen norcoreano.
También reiteró que se trata de una «calumnia» de EEUU, Japón y Corea del Sur para «aislar y asfixiar» al país comunista.
El político agregó que, aunque su país no quiere una guerra, Corea del Norte responderá al ataque surcoreano.
Ambas Coreas atraviesan una situación de fuerte tensión después de que Seúl anunciara este lunes la suspensión de las relaciones intercoreanas y exigiera disculpas al régimen comunista como respuesta al ataque.
El hundimiento del «Cheonan» es el incidente más grave ocurrido en la disputada frontera marítima del Mar Amarillo (Mar Occidental) entre ambos países desde el fin de la guerra de Corea (1950-1953), que terminó con un armisticio en lugar de un tratado de paz.
