La OSCE se reúne para decidir si celebra una cumbre que decida su futuro

La reunión informal de ministros de Exteriores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) debe decidir hoy, sábado, si finalmente hay una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en la que se decida el futuro de esta institución.

La antigua capital de Kazajstán, Almaty, es la sede de esta cita, que arrancó este viernes, en la que se reunen los 56 estados miembros de la OSCE para abordar el futuro de la organización euroatlántica-asiática y debatir sobre la seguridad en Afganistán.

La conferencia de Almaty será una continuación del proceso de Corfú, iniciado en junio del año pasado en la reunión que tuvo lugar en dicha ciudad griega, que versa sobre la nueva arquitectura de seguridad de la OSCE, según fuentes diplomáticas.

Con este proceso, impulsado especialmente por los países del este, con Rusia a la cabeza, se busca dar la OSCE un nuevo papel en la esfera internacional y que se acometan reformas, tal y como ocurre en el seno de la Unión Europea y en la OTAN.

La «gran decisión» de esta reunión, a la que asiste el ministro español Miguel Ángel Moratinos y una treintena de ministros de Exteriores de los estados miembros, es acordar si a final de año se producirá una nueva reunión de jefes de Estado y de Gobierno de la OSCE para dar el impulso necesario a esta organización.

Desde hace once años los máximos mandatarios de los países de la OSCE no mantienen una reunión conjunta. Fue en 1999, en la ciudad turca de Estambul.

Las fuentes consultadas sostienen que existe predisposión por parte de los países – entre los que está España – a que esta reunión de alto nivel finalmente se produzca, siempre que en la reunión de Almaty se cierre una agenda de trabajo que pueda ser analizada por los jefes de Estado a final de año.

Otro de los aspectos que deben acordar, en caso de que se decida que hay reunión, es el lugar. Kazajstán, país que ostenta actualmente la Presidencia rotatoria de la OSCE, quiere ser el anfitrión, pero su ubicación geográfica hace que no tenga todos los votos favorables de los estados miembros y prima la cuestión logística, ya que es necesario el desplazamiento de 56 delegaciones.

Al margen de esta cuestión, la reunión informal analizará la seguridad en Afganistán, ya que como socio de cooperación, que no miembro, de la OSCE, la organización busca afianzar las relaciones y garantizar la estabilidad en esta región asiática limítrofe con países miembros de la OSCE, como son las antiguas repúblicas soviéticas.

La organización, según fuentes diplomáticas, ha demostrado su utilidad para impulsar y fomentar el diálogo en cuestiones de seguridad con Rusia y Asia central, pero es necesario acometer cambios para su actualización.

Aprovechando su visita a Almaty y la presencia de varios colegas, el ministro Moratinos mantendrá reuniones bilaterales con su homólogo kazajo, con el turco, con el serbio, con el tailandés, con el bielorruso y con el tayiko, con el que firmará el primer memorándum de entendimiento (MOU) entre España y Tayikistán.

La delegación española, liderada por Moratinos, la completan los directores generales de política para Europa y Norteamérica, Luis Felipe de la Peña; y para Asuntos Estratégicos y de Terrorismo, Carmen Buján; así como la embajadora representante ante la OSCE, Marta Betanzos, y el embajador de España en Kazajstán, Alberto Antón.

La OSCE está formada por 56 estados participantes, incluyendo todos los países del Europa, Asia central y América del Norte (Canadá y Estados Unidos). Está reconocida como organismo regional conforme al capítulo VIII de la Carta de Naciones Unidas.

Los pilares fundamentales de su labor son tres: El económico, actualmente poco desarrollado; el humano, en lo que se refiere a defensa de derechos humanos y celebración de elecciones, y el militar, para garantizar la seguridad.

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