Las inundaciones dejan un drama sanitario en el norte y avanzan con fuerza al sur

Las inundaciones dejan un drama sanitario en el norte y avanzan con fuerza al sur

Damnificados por las inundaciones de varias localidades próximas a Bannu abandonan sus hogares en Bannu (Pakistán) hoy, domingo 8 de agosto de 2010. EFE

EFE/Archivo

Las inundaciones, que han dejado atrás una dramática situación sanitaria en el norte de Pakistán con miles de casos de diarrea o infecciones de la piel, anegaron hoy cientos de pueblos en el sur paquistaní tras agrietar dos importantes presas.

«La situación sanitaria es muy peligrosa. La mayoría de los afectados sigue sin recibir atención médica días después» del inicio de la crisis, explicó hoy a Efe el subdirector de Salud de la Media Luna Roja en Pakistán, Irfan Ullah.

Este y otros organismos humanitarios han desplegado unidades médicas en varias de las zonas damnificadas por las peores inundaciones de los últimos ochenta años, que han golpeado especialmente a la provincia noroccidental de Khyber-Pakhtunkhwa.

Según datos facilitados por Ullah, de 15.000 pacientes tratados por sus equipos, la mayoría padecían diarrea, sarna u otro tipo de enfermedades de la piel.

La ONU, por su parte, confirmó el viernes la existencia de al menos 5.000 casos de diarrea.

Pero estas cifras son sólo la punta del iceberg en un paisaje desolador en el que las aguas han destruido viviendas, puentes y también muchos centros médicos situados en los bancos de los ríos, por lo que miles de personas están en la práctica bloqueadas y sólo son accesibles a través de helicópteros.

«El mayor problema al que nos estamos enfrentando es la destrucción de infraestructuras. Sólo en el valle de Swat (norte) unos 60 puentes se han derrumbado. La asistencia no llega», dijo a Efe el portavoz en el país surasiático del Comité Internacional de la Cruz Roja, Michael O’Bryan.

Esta fuente explicó que «las inundaciones han contaminado el agua en amplias zonas», por lo que «se ha puesto en marcha un mecanismo para garantizar que, si hay brotes (de enfermedades), podamos afrontarlos».

O’Bryan descartó que hayan aparecido ya brotes de cólera -algo de lo que habían informado otras fuentes humanitarias-, y matizó que se trata hasta la fecha de diarreas menores, problemas gástricos o de la piel, algo -dijo- «habitual» en este tipo de catástrofes.

«Consideramos que (el riesgo de propagación de enfermedades) es serio -advirtió-. El agua está muy contaminada, así que tenemos a expertos e ingenieros explorando pozos, potabilizando agua y reparando suministros».

Las lluvias monzónicas que dejaron atrás este dramático escenario están haciendo subir ahora el caudal del río Indio, que ya está causando estragos en el sudeste de un país que tiene cerca del 15 por ciento de su territorio -120.000 kilómetros cuadrados- anegado, según fuentes oficiales.

«La situación continúa empeorando en la provincia de Sindh (sur). Muchas zonas se han inundado total o parcialmente. Calculamos que en las últimas horas entre 330 y 340 poblaciones han quedado anegadas por el agua», explicó a Efe un portavoz de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA), Ahmad Kamal.

Dos importantes presas en el tercio central de la región, las de Guddu y Sukkur, se empezaron a agrietar anoche tras superar el límite de su capacidad y durante la jornada varios diques del sistema fluvial de Sindh han sufrido un destino similar.

«Esperamos que la presa (de Guddu) pueda aguantar, pero es probable que tengamos que romper algún dique o canal. Esto afectará a algunas zonas pero permitirá que salvemos la mayor parte de la infraestructura», expuso Kamal.

Agregó que los caudales del mismo Indo y de un afluente, el Chenab, son tan grandes en zonas más septentrionales del país que la situación en Sindh, donde se espera otra racha de lluvias monzónicas la próxima semana, se mantendrá en alerta máxima mientras continúan las evacuaciones, que suman medio millón pero seguirán aumentando.

«Imploro a la gente que abandone las zonas» bajo amenaza, suplicó hoy el primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, tras supervisar las tareas de asistencia a los damnificados en el distrito de Sukkur, en Sindh, según la traducción ofrecida por el canal privado «Express TV».

Guilani, que admitió que la crisis «ha sobrepasado la capacidad» de las autoridades, calificó la catástrofe como «mayor que el terremoto de 2005» en la región norteña de Cachemira y pidió ayuda a la comunidad internacional.

Según datos de la NDMA, las inundaciones han causado al menos 1.162 muertos desde finales de julio y afectado directamente a las vidas de 12 millones de personas.

La ONU tiene otros cálculos y situó hace varios días la cifra de víctimas mortales en unos 1.600 y el de damnificados «graves» en más de cuatro millones.

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