La oposición conservadora en Australia presentó hoy oficialmente su campaña para las elecciones del próximo 21 de agosto, y criticó las divisiones en el seno del Gabinete laborista.
«Ha llegado la hora de acabar con esta telenovela y devolver a los australianos un Gobierno maduro», afirmó en un mitin en la ciudad de Brisbane el líder de la Coalición Liberal, Tony Abbott.
De ser elegido primer ministro, Abbott prometió que combatirá la inmigración ilegal, recortará el gasto público para equilibrar el presupuesto y reducirá los impuestos.
El líder opositor criticó duramente a la jefa del Ejecutivo, Julia Gillard, quien hace casi dos meses reemplazó a Kevin Rudd en una votación interna del Partido Laborista.
Las últimas encuestas dan a los conservadores el 51 por ciento de la intención de voto frente al 49 por ciento de la coalición gubernamental, por lo que cada vez más australianos creen que los laboristas serán desalojados del poder.
Gillard y Rudd aparecieron ayer por primera vez en público juntos desde el cambio en el liderazgo del Ejecutivo, pero los expertos creen que es demasiado tarde para que la candidata se recupere en los sondeos.
La primera ministra lanzará su campaña el 16 de agosto, según la costumbre de los políticos australianos de esperar hasta el último momento para presentar sus mensajes para captar el voto de los indecisos.
Rudd, quien aspira en los comicios a un escaño de diputado en el Parlamento, irrumpió esta semana en la carrera electoral para respaldar a su sucesora, pero la oposición cree que se trata de una operación de maquillaje político.
Gillard, de 48 años, se convirtió en junio en la primera mujer en asumir la jefatura del Gobierno de Australia y anunció elecciones semanas más tarde para corregir la política de su predecesor, cuya popularidad atravesaba por el peor momento desde que arrasó en las elecciones de 2007.