La Policía paquistaní ha elevado a 73 la cifra de víctimas mortales del atentado suicida con bomba perpetrado el viernes contra una manifestación chií en apoyo al pueblo palestino en la ciudad paquistaní de Quetta, en el oeste del país. Por otra parte, asciende a 40 el número de muertes por las tres explosiones registradas el pasado miércoles en un procesión chií en la ciudad de Lahore, en el este del país.
Al menos otras 206 personas resultaron heridas en el ataque del viernes, según el nuevo un balance de cuya actualización informa la cadena estadounidense CNN. El del pasado miércoles fue el primer ataque de este tipo desde que el país quedara anegado por las inundaciones.
Tanto el triple atentado del miércoles como el ataque suicida del viernes han sido reivindicados por Qari Hussain Mehsud, un prominente líder del Tehrik e Taliban Pakistán (TTP), o Movimiento Talibán de Pakistán, grupo que acaba de ser incluido por Estados Unidos en la lista de organizaciones terroristas.
Mehsud aseguró que los ataques constituyen una venganza por la muerte de clérigos radicales suníes a manos de chiíes. «Nos sentimos orgullosos de asumir la responsabilidad del atentado de Quetta», dijo en una entrevista telefónica con Reuters, sin precisar su ubicación.
En los mismos términos se atribuye la organización talibán el crimen de Lahore, como una revancha por las muertes de líderes religiosos de la etnia Suní. Un atentado que, según informa la cadena pakistaní, GeoTV, se ha cobrado la vida de 40 personas.
El Departamento de Justicia estadounidense anunció esta semana la presentación de cargos contra Mehsud por su presunta implicación en el ataque en el que murieron siete soldados estadounidenses en una base militar en Afganistán en 2009 y el intento de atentado en Times Square este año. Asimismo, Washington ofrece una recompensa de 5 millones de dólares a quien dé información que conduzca a la captura de este líder talibán o de Wali Ur Rehman, otro personaje prominente del grupo.
