La política del hijo único ha contribuido al desarollo económico y social del país, pero sus críticos afirman que viola los derechos humanos
El 25 de septiembre de 1980 el Partido Comunista Chino difundió una carta abierta al pueblo, obligandolo a tener un solo hijo por familia. Y prometió, según publica el Telegraph en su artículo – Thiry Years of China’s one -child policy – que duraría 30 años.
Pasado ya el período prometido de 30 años, el gobierno calcula que la política limitó en unas 400 millones de personas la población total del país, que hoy suma 1300 millones.
Zhang Fen, director de la planificación de población provincial de Cantón, asegura:
En un plazo de diez años habrá que tomar medidas para aliviar la carga del envejecimiento de la población.
Las parejas que sólo tienen un hijo podrán tener otro más después de 2020, mientras que en 2030 todas las parejas contarán con esta posibilidad.
La política del hijo único ha contribuido al desarollo económico y social del país, pero sus críticos afirman que viola los derechos humanos.
Yang Zhizhu, profesor de la Universidad de Pekín, fue despedido por tener un segundo hijo. El día que su mujer dio a luz, la administración de la universidad promulgo una ley en la que las personas que no cumplieran la norma de la regulación familiar, serían sancionados.