Una niña de dos años ha muerto como consecuencia de la explosión registrada este martes en un templo en la ciudad india de Varanasi, en el norte del país, según un nuevo balance divulgado por las autoridades locales.
El incidente, que también derivó en una estampida junto al templo, provocó alrededor de 25 heridos, entre ellos dos extranjeros –de nacionalidades francesa e italiana–, según el periódico ‘The Times of India’. Una multitud se había congregado en la zona para asistir a un acto religioso a orillas del Ganges.
La explosión se produjo hacia las 18:30 horas durante la celebración del ‘Ganga arati’, un acto que tiene lugar junto a los templos Shitala, Dashashwamedh –donde se produjo el estallido– y Prayag con carácter diario y al que suelen asistir unas 2.000 o 3.000 personas, entre ellas extranjeros.
Las autoridades han localizado entre los escombros dejados por la deflagración los restos de lo que parece ser un artefacto improvisado. Había sido colocado en las escaleras de Dashashwamedh y su estallido fue tan potente que algunos de trozos de los escalones fueron lanzados a varios metros de distancia, según los testigos.
Los Muyahidines Indios se han atribuido la responsabilidad del ataque a través de un comunicado remitido a los medios de comunicación y en el que justifican la acción como una venganza por la demolición de la mezquita de Babri Masjid en 1992.
El primer ministro indio, Manmohan Singh, llamó a la población a la calma, después de que se activase un protocolo de alerta en varias ciudades, entre ellas Nueva Delhi.
