El OIEA confirma que los núcleos de los reactores 1, 2 y 3 corren riesgo de fusión
El temor a un sobrecalentamiento de los reactores ha obligado a varios helicópteros de las Fuerzas de Auto Defensa de Japón a sobrevolar la central nuclear de Fukushima y lanzar agua sobre los reactores 3 y 4 para enfriar las barras de combustible situadas cerca del núcleo.
Se teme que un aumento de la temperatura, en torno a los 40º centígrados, y la escasez de agua en las piscinas de los reactores fundan las barras de combustible y libere materiales radiactivos de alta intensidad.
Esta operación comenzó alrededor de las 9.48 hora local (00.48 GMT). Las máquinas vertieron varias veces sus cisternas de agua sobre los reactores e, instantes después, columnas de humo blanco empezaron a salir de la estructura.
La agencia Kyodo teme que el humo sea vapor de agua radiactivo procedente de la piscina que almacena las barras, y eso indicaría que el recipiente de seguridad que protege al núcleo está dañado.
Además, un camión cisterna provisto de un cañón de agua está también preparado para repetir la operación en el caso de que no se logre enfriar los reactores. Asimismo, TEPCO tiene previsto colocar una fuente temporal de energía eléctrica para intentar volver a bombear agua a los reactores.
Al mismo tiempo, se está intentando establecer un cableado eléctrico nuevo para alimentar los generadores -averiados en casi todos los reactores- que alimentan la bomba de agua que enfría las piscinas de barras de combustible.
Operación planeada
La cadena de televisión NHK ha explicado que los pilotos tienen órdenes de no quedarse estáticos para evitar quedar expuestos a grandes cantidades de radiación procedente del complejo que tienen justo debajo.
Este plan fue barajado el martes por las autoridades para tratar de estabilizar los reactores con problemas, pero finalmente se descartó por razones de seguridad y el riesgo de fugas. Casi todos los trabajadores de la planta fueron evacuados por el mismo motivo.
Los reactores 3 y 4 han centrado la preocupación de los expertos que trabajan en la zona, por la temperatura que está alcanzando el combustible nuclear gastado en las piscinas de estas unidades.
Las explosiones e incendios en ambos reactores han dejado sin agua la piscina de la unidad número 4, mientras que la unidad 3 presenta daños similares a los que el martes se confirmaron en la estructura de contención del reactor 2.
«Creemos que la muralla secundaria de confinamiento ha sido destruida [en el reactor 4], que no hay más agua en las piscinas con los combustibles gastados y que los niveles de radiación son extremadamente elevados», advirtió este miércoles el director de la Comisión Regulatoria Nuclear estadounidense (NRC), Gregory Jaczko, hablando de unos daños en este reactor mucho mayores de lo que habían dicho hasta ahora las autoridades niponas.
Además, el Gobierno japonés ha informado de que posiblemente hoy militares de EEUU operen un avión no tripulado Global Hawk de reconocimiento a gran altura, para tomar imágenes del interior del edificio que alberga el reactor 4 y ver sus daños.
Evacuación de miles de personas
Varios minutos antes de que los helicópteros comenzaran a operar sobre la central nuclear de Fukushima, las autoridades japonesas han aumentado en unas 28.000 personas el número de evacuados desde el miércoles en las localidades cercanas a la central para evitar ser expuestos a la radiación, según ha informado la televisión NHK.
Casi todos los nuevos desplazados están siendo reubicados en refugios de la provincia de Fukushima, aunque otros podrían ser alojados en provincias cercanas como Niigata y Tochigi ante la avalancha de personas sin hogar.
Las autoridades de Fukushima están enviando centenares de personas a hoteles y refugios provisionales de provincias vecinas, mientras que algunas personas se quejan de que la situación está comenzando a desbordarse.
La NHK señaló que ha habido problemas para medir los niveles de radiación de todos los habitantes cercanos a la planta.
Unas 2.700 personas han tenido que ser alojadas en la ciudad de Niigata, mientras que otras 1.700 fueron enviadas a la provincia de Yamagata.
Hasta el momento unos 200.000 residentes han sido evacuados en un perímetro de seguridad de 20 kilómetros alrededor de la central por el riesgo de fuga masiva de material radiactivo, mientras que todos los vecinos a un radio de 30 kilómetros del recinto tiene órdenes de permanecer dentro de sus casas, cerrar las ventanas y no encender el aire acondicionado.
El Gobierno de Japón descarta por el momento ampliar el área de evacuación más allá de los 20 kilómetros. El ministro portavoz Yukio Edano, señaló también que «entiende» la recomendación de EEUU de que sus ciudadanos se alejen de la central en un radio de 80 kilómetros, aunque insistió en que no creen que de momento sea necesario ampliar el perímetro.
En la provincia de Fukushima, otros muchos han decidido voluntariamente dirigirse al sur o alejarse de la planta para evitar exponerse a la contaminación nuclear.