Miles de personas se han manifestado este viernes en Bagdad para denunciar la corrupción, el desempleo, la ausencia de servicios básicos y los malos tratos que sufren los presos en los centros de detención.
En el marco de la protesta, y a pesar de la lluvia, un grupo de mujeres acudieron igualmente a la plaza Tahrir (‘Libertad’ en árabe) para exigir la liberación de sus hijos y maridos, en prisión a la espera de juicio.
Precisamente el jueves, al menos 15 reos resultaron heridos tras declararse un motín en la prisión bagdadí de Rasafa, según han informado fuentes del Ministerio del Interior a la CNN. Decenas de los presos habían incendiado unas carpas en el patio del penal para denunciar los tratos vejatorios, las malas condiciones del centro y los prejuicios de parte de los guardias a favor de los presos chiíes frente a los suníes.
Entonces se desató una pelea entre internos de ambas confesiones, y las fuerzas de seguridad lanzaron pelotas de goma para dispersar a la multitud. Los grupos de defensa de los detenidos critican con frecuencia a las autoridades de Irak por la situación de sus prisiones.
Mientras, en las provincias de Nayaf, Diwaniya, Kut y Hilla (zonas chiíes al sur de Bagdad) cientos de personas se congregaron también contra el desempleo y la corrupción, informa la Policía.
Este tipo de protestas se vienen sucediendo desde principios de febrero, y son una consecuencia de la oleada de descontento social que sacude los países árabes desde las revoluciones de Túnez y Egipto. Desde el mes pasado al menos 20 iraquíes han muerto y cientos han sufrido heridas en las concentraciones reformistas.
