Los embajadores de la OTAN han acordado este martes en una reunión del Consejo del Atlántico Norte (NAC), máximo órgano de decisión del organismo de defensa, «las directrices políticas» para preparar «un posible papel de apoyo» a una eventual misión de estabilización en Libia dirigida por la ONU y han pedido a las autoridades militares aliadas que «preparen opciones» posibles en este sentido y las remitan «en los próximos días».
Los Veintiocho aliados han coincidido durante su reunión en que «hay una dinámica irreversible hacia el fin del régimen de Gadafi en Libia» y han reiterado su «firme compromiso para continuar con la operación Protector Unificado bajo el actual mandato de la ONU el tiempo que sea necesario para terminar el trabajo», ha explicado la portavoz de la OTAN, Oana Lungescu, al término de la reunión. «Nuestro principal objetivo sigue siendo completar nuestra misión y terminar el trabajo», ha insistido.
«El Consejo del Atlántico Norte ha acordado hoy las directrices políticas para guiar a las autoridades militares a preparar opciones para un posible papel de apoyo de la OTAN a un esfuerzo de estabilización post-conflicto dirigido por la ONU», han confirmado fuentes aliadas.
A corto plazo, los aliados no descartan facilitar «apoyo logístico» por aire o mar para apoyar el eventual despliegue de una fuerza de estabilización de la ONU «si se lo solicitan» pero entienden que compete a la ONU la decisión de desplegar una eventual misión de estabilización sobre el terreno y enviar observadores, según han explicado fuentes aliadas.
«El NAC ha acordado que cualquier papel de este tipo sería para apoyar esfuerzos internacionales más amplios. En la era post-conflicto, compete a la ONU y al Grupo de Internacional de Contacto asumir el papel principal para apoyar al pueblo libio a construir un nuevo futuro. La OTAN continúa coordinándose estrechamente con todos los actores internacionales claves», ha explicado la portavoz de la OTAN.
La Alianza sólo asumirá un «posible papel de apoyo futuro» si «se demuestra que hay una necesidad, una base legal adecuada y un apoyo regional amplio», los mismos principios que acordaron los aliados para intervenir en Libia, ha explicado la portavoz aliada.
«La OTAN ha tenido que emplear la fuerza letal, incluidos bombardeos. No creemos que seamos los más adecuados para enviar una fuerza de protección o estabilización», sobre todo «en un país musulmán», han precisado las mismas fuentes que también descartan que la OTAN constituya «una fuerza para que proteja a los observadores» internacionales eventualmente.
En cualquier caso, los Veintiocho aliados han acordado en las «directrices políticas» que no habrá «fuerzas de la OTAN sobre el terreno de forma sostenida», lo que abre la puerta a un posible papel de «apoyo logístico», según las fuentes aliadas consultadas.
A largo plazo y una vez que el Consejo de Transición Nacional libio sea «reconocido por la comunidad internacional», la OTAN podría ayudar a las nuevas autoridades a reformar su sector de Defensa y Seguridad y a articular unas fuerzas de seguridad modernas en el país, según avanzó hace meses el propio secretario general aliado, Anders Fogh Rasmussen.
Asimismo, los aliados no descartan abrir al nuevo Gobierno su participación en el Diálogo Mediterráneo o la participación en cursos militares de la Alianza, según han explicado fuentes aliadas consultadas.
