El terrorista jefe de Al Qaeda pasó muy malos ratos y eso que no sabía lo que se le venía encima
Bin Laden pasó los últimos días de su vida entre broncas. Con sus mujeres divididas por los celos. El exlíder de Al Qaeda compartía dormitorio con su joven esposa cuando la más madura se presentó en casa y se mudó a la habitación en el piso de abajo, a principios de 2011.
El terrorista fue ejecutado el 2 de mayo de 2011 por miembros del cuerpo de élite del Ejército de Estados Unidos en el complejo de Abbottabad, junto a algunos de sus familiares. Estos últimos creían que la esposa más mayor tenía intención de traicionar a Bin Laden.
Las transcripciones de los interrogatorios a la esposa más joven, detenida en la redada, revelan estos detalles. Shaukat Qadir, un oficial retirado del Ejército paquistaní, ha tenido acceso a los informes: cuatro comandos de los SEAL irrumpieron en el complejo de Abbottabad y mataron a Bin Laden y cuatro personas más.
En la residencia vivía el fundador de Al Qaeda, junto a sus tres esposas, ocho de sus hijos y cinco de sus nietos. Bin Laden murió en el tercer piso, donde compartía habitación con Amal Ahmed Abdel-Fatah al-Sada, con quien contrajo matrimonio en 1999, cuando esta tenía 19 años. En el mismo piso se alojaba Siham Saber.
Pero fue la llegada de otra esposa, Saber Khairiah, lo que alteró la vida familiar de Bin Laden, a principios de 2011. Cuenta Qadir que el favoritismo de Bin Laden por la más joven ya provocó roces entre Khairiah y Amal.
Cuando Bin Laden huyó de Afganistán, en 2001, Amal lo acompañó a Pakistán e hizo todo lo posible por protegerlo. Khairiah, en cambio, huyó del país junto a otros miembros de Al Qaeda hasta que fueron arrestados en Irán.
Cuando Teherán los dejó en libertad, ella se instaló en Abbottabad.
Amal sospechaba de Khairiah y de un hijo de Bin Laden con Siham, aunque no hay evidencias de que ninguno de ellos proporcionara información para la localización del entonces dirigente de Al Qaida.
Qadir, quien ha revelado estas informaciones, es un veterano de 35 años que se dedica a cuestiones de consultoría, pero se encargó de la investigación sobre lo sucedido el día de la redada, el 2 de mayo.
Afirma que le permitieron visitar la casa de Bin Laden en cuatro ocasiones, la última en noviembre. Afirma que las paredes de la habitación estaban salpicadas de sangre.