El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobaba por unanimidad "las sanciones más duras" nunca antes impuestas al último régimen estalinista
Corea del Norte aseguró este 8 de marzo de 2013 que anulará los acuerdos de no agresión con Corea del Sur y cortará la única línea de comunicación entre ambos países establecida en la localidad fronteriza de Panmunjom, según la agencia estatal de noticias KCNA.
Un general del Ejército Popular de Corea del Norte aseguró que misiles nucleares capaces de alcanzar EEUU están listos para su lanzamiento, en una nueva amenaza tras la resolución sancionadora emitida ayer por la ONU al país comunista.
El general Kang Pyo-yong afirmó que Corea del Norte ha logrado reducir el tamaño y peso de sus ojivas atómicas norcoreanas para instalarlas en proyectiles de largo alcance para convertir en «un mar de fuego» Washington y otros centros neurálgicos de EEUU y sus aliados, según el diario Rodong Sinmun.
En otras palabras: Corea del Norte amenaza con un ataque nuclear preventivo contra Estados Unidos y su vecino y archienemigo, Corea del Sur.
En principio, la amenaza ha sido interpretada en ambos países como una bravuconada más de un régimen aislado y sin futuro.
Pero, en las circunstancias actuales, sobre todo tras la aprobación esta mañana en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de nuevas y más duras sanciones contra Corea del Norte, un paso desesperado de parte de ese país se hace más creíble que otras veces.
Un ataque nuclear contra Corea del Sur o EEUU equivaldría, probablemente, a la destrucción de Corea del Norte y a la liquidación de su régimen.
No es difícil anticipar cuál sería la reacción norteamericana ni es muy probable que los norcoreanos, cuyo único aliado, China, ha votado a favor de las sanciones en la ONU, encontraran muchos países dispuestos a defenderlos.
Como subraya Antonio Caño en ‘El País’, ese cálculo, que resulta evidente desde fuera de las fronteras de Corea del Norte, puede no serlo tanto desde dentro.
El Ejército norcoreano hizo el pasado 12 de febrero un ensayo nuclear, precisamente el que ha provocado las últimas sanciones de la ONU, que pareció haber resultado un completo éxito. Con ese motivo, el Gobierno de ese país hizo toda una exhibición de poder y de confianza en sí mismo.
La prueba nuclear, además, debió servir para fortalecer la posición del joven líder del régimen estalinista, Kim Jong-un, a quien se supone en el centro de una lucha por el poder entre sectores más moderados y otros más militaristas.
El éxito del ensayo habría dado la razón a estos últimos, y argumentos a quienes creen que cualquier negociación de su programa nuclear supone una capitulación ante los capitalistas y Occidente.