Al borde de la muerte. La pericia del piloto de un Airbus A320 que aterrizó el pasado diciembre sobre el aeropuerto congelado de Novosibirsk, en Siberia, hizo que el aterrizaje acabara en anécdota y no en tragedia.
Al tomar tierra, el aparato se deslizó sobre la pista cubierta de hielo sin control y dio un giro de 180 grados sobre sí mismo.
Según publica el local Siberian Times, las temperaturas bajaron de manera drástica de los dos a los 20 grados bajo cero.
Las imágenes son del 14 de diciembre de 2016.
Una cámara de seguridad recoge el momento en que la aeronave patina literalmente sobre la pista y la parte trasera empieza a girar sin control. El buen hacer del piloto evita que colisione con otro avión estacionado a escasos metros.
