El pecado de Deepika Padukone es protagonizar una obra de ficción que 'distorsiona la historia'

Un político indio ofrece millón y medio a quien decapite a una actriz que odia

El líder del grupo más influyente de los hindúes ortodoxos amenaz con cortarle la nariz a la joven

Un político indio ofrece millón y medio a quien decapite a una actriz que odia
Deepika Padukone. ID

En India, parece que hasta la ficción tiene que estar sujeta a la realidad dependiendo la temática que aborde.

Al menos en el caso de la película de Bollywood «Padmavati», una superproducción sobre la leyenda de la reina hindú que ardió en un sacrificio para evitar el yugo del invasor musulmán Alauddin Khilji.

El boicot sufrido desde la rama más conservadora de la política del país ha logrado el retraso de la premiere del filme, que no verá la luz el 1 de diciembre de 2017, tal y como estaba planeado, según CNN.

«Somos ciudadanos responsables y respetuosos con la ley y tenemos el mayor respeto y consideración por nuestras leyes y por todas nuestras instituciones. […] Tenemos fe en obtener pronto los permisos necesarios para estrenar la película», afirmó la productora de «Padmavati» en un comunicado oficial, intentando calmar la tensión que la trama de la película había provocado.

El problema para los hindúes más ortodoxos es que la cinta «distorsiona» la historia, ya que supuestamente incluiría en la que la reina Padmavati soñaba con tener una realción romántica con el sultán musulmán.

De nada sirvieron las justificaciones de Sanjay Leela Bhansali, el director la película, que negó rotundamente que ese fragmento existiese en la película.

Las amenazas se agravaron cuando el líder del grupo más influyente, Kari Sena, amenazó a la protagonista (Deepika Padukone) con cortarle la nariz, pero no fue lo más flagrante.

Asaltaron el set de rodaje, atacando al director y a miembros del equipo de la película, llegando a irrumpir en salas de cine.

Sin duda, la mayor amenaza fue la de Suraj Pal Amu, un político del partido (BJP) al que pertenece el primer ministro indio: ofreció una recompensa de 1,6 millones de dólares a quien decapitase a la protagonista de la polémica película.

No duró mucho en pie su oferta, que el mandatario se vio obligado a retirar después del revuelo que provocó.

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