Georges Benson, grandes éxitos. Emoción con Archie Shepp

Georges Benson, grandes éxitos. Emoción con Archie Shepp

El saxofonista estadounidense Archie Shepp, durante su actuación esta noche en la penúltima jornada del 45 Festival de Jazz de San Sebastián. EFE/Juan Herrero.

EFE/Archivo

San Sebastián, 24 jul EFE.- Cualquier disco recopilatorio de Georges Benson contiene seguramente al menos una tercera parte de los temas que el guitarrista ha llevado hoy a la penúltima jornada del 45 Festival de Jazz de San Sebastián, que ha recibido a un Archie Shepp que no venía a arriesgar sino a ofrecer voz y talento.

Por el Kursaal donostiarra ha desfilado lo «very best» de la carrera de Benson, es decir, esas canciones que interpreta con voz melosa y con las que ha vendido millones de discos y triunfado en medio mundo.

Una puesta en escena muy medida, muy de «show» americano, ha marcado la actuación del estadounidense, presentado como «un hombre que toca la guitarra muy rápido, que canta muy bonito y que tiene una ropa muy suave».

Hoy lo ha hecho con blusas de seda blanca y seda negra, además de unos pantalones a prueba de arrugas, que el músico ha lucido en un abarrotado Kursaal sobre unos impecables zapatos negros de charol.

Dos temas instrumentales han sido el prólogo de este concierto, en el que apenas se ha acercado a su último álbum, «Songs and stories», del que ha interpretado «Don’t let me be lonely tonight», de James Taylor.

Para entusiasmo general, Benson ha cantado éxitos como «Nothing’s gonna change muy love for you», «In your eyes», «Turn your love around», «Give me the night», «Lady love me one more time» y el tema «La puerta», que cantó en español. Con «Living in high definition» llegó la despedida pre bises y él fue el primero en abandonar el escenario.

El guitarrista Michael O’Neill actuó de maestro de ceremonias en el regreso, momento para las presentaciones y las bromas, y para dar paso a otros dos superventas, «Breezin'» y «On Broadway», alargados además para gustazo de la audiencia, desde hacía rato ya de pie, bailando y dando palmas.

Hubo adiós con apretones de manos en las primeras filas y alguna foto con fans. Habían transcurrido una hora y tres cuartos cuando el cantante echó el telón de su visita al Heineken Jazzaldia, por el que pasó en 1986, en los tiempos del velódromo de Anoeta.

Y de la cara comercial de la jornada a la opuesta, al cálido y entrañable concierto del saxofonista Archie Shepp en la plaza de la Trinidad, que ha repetido en este Festival tras 27 años de ausencia.

El músico tiene ahora 73 años y un quehacer más moderado que hace décadas. Lo de hoy ha sido de mucho disfrute, de pura admiración a un artista al que se ha sentido muy cercano y que ha emocionado cuando ha dejado el saxo para cantar.

Ha presentado además a Mina Agossi, una cantante francesa de raíces africanas con la que colabora desde hace dos lustros, que ha intercalado sus apariciones en el escenario para unas interpretaciones excelentes de clásicos como «Ruby my dear» y una versión del «Straigth no chaser», ambos de Thelonious Monk.

Con el standard «Don’t get around much» fue la primera vez que Shepp cambió su saxo por la voz y la Trinidad fue todo silencio. Repitió varias veces más, por ejemplo con «Revolution», tras un alegato antibélico.

Con la salida al escenario de Shepp, creció la afluencia a la Trinidad, que registró el aforo más bajo de esta 45 edición durante el concierto anterior, el de los jóvenes neoyorquinos The Claudia Quintet.

Estos músicos se han alejado un tanto del jazz para adentrarse en otros terrenos, próximos en ocasiones a la disonancia contemporánea.

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