La economía domina la actividad del Congreso de EE.UU. en la recta final del año

La economía domina la actividad del Congreso de EE.UU. en la recta final del año
En la imagen, vista del edificio del Capitolio en Washington, Estados Unidos. EFE/Archivo

El Congreso de EE.UU. inició hoy una sesión de transición que se espera esté dominada por temas económicos como los impuestos, la extensión de las prestaciones por desempleo y el gasto gubernamental.

El abreviado periodo legislativo postelectoral, conocido en inglés como «lame duck», se prolongará hasta enero, cuando se inaugurará la 112 sesión del Congreso.

Ese nuevo Congreso reflejará los resultados de los comicios legislativos del 2 de noviembre en los que los republicanos se hicieron con la mayoría en la Cámara de Representantes y ganaron terreno en el Senado aunque sin hacerse con el control.

Las sesiones «lame duck» suelen ser impopulares e improductivas y esta promete no ser una excepción.

Tanto demócratas como republicanos han identificado la extensión de los recortes de impuestos aprobados durante el Gobierno de George W. Bush, que vencen a finales de este año, como una de sus prioridades, aunque ambos grupos tienen diferencias en la citada cuestión tributaria.

El presidente Barack Obama propuso en un primer momento extender los citados recortes a los contribuyentes con ingresos de hasta 200.000 dólares y las familias con ingresos de hasta 250.000.

Los republicanos quieren que la extensión se aplique a toda la población.

Y en una muestra de los renovados aires conservadores que soplan en la capital estadounidense, los demócratas han suavizado su posición al sugerir que estarían dispuestos a prolongar «temporalmente» los recortes para los más adinerados y de hacerlos «permanentes» para el resto.

De ser así, el asunto fiscal promete convertirse en uno prominente durante la campaña presidencial del 2012.

Otro de los frentes en los que se impone la actuación es el de la financiación del Gobierno, que está asegurada tan sólo hasta el próximo 3 de diciembre.

Los republicanos en la Cámara de Representantes quieren que la ley temporal en vigor se prolongue durante otro año, pero piden que los niveles de financiación se reduzcan a los del 2008.

Los demócratas consideran ese recorte inaceptable pero dicen estar abiertos a discusiones sobre la reducción en el gasto.

El debate en torno a la necesidad de recortar el gasto público promete centrar gran parte del debate político en la recta final del año sobre todo después de que el primero de diciembre una comisión creada a petición del presidente Barack Obama divulgue sus recomendaciones para reducir el estratosférico déficit del país.

Los responsables de la comisión sugirieron la semana pasada en un borrador medidas como la de reducir el gasto en defensa, aumentar la edad de jubilación y recortar los funcionarios públicos.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, calificó el plan de «simplemente inaceptable» y la Casa Blanca dejó claro que no recortará el gasto sin considerar primero su impacto.

Otro tema que se aventura candente es el del plan de estímulo de la Reserva Federal (Fed), que anunció recientemente su intención de adquirir 600.000 millones de dólares en bonos para reactivar la economía del país.

Destacados economistas pro-republicanos, abogados y estrategas políticos prevén lanzar esta semana una campaña para pedir al presidente de la Fed, Ben Bernanke, que detenga su programa de compra de bonos y legisladores conservadores como Mike Pence aseguran estar de acuerdo con la iniciativa.

Más allá de los temas económicos, los demócratas quieren que el Senado ratifique antes de finales de año el nuevo tratado de desarme nuclear con Rusia, conocido como START.

Obama dijo ser ayer «razonablemente optimista» sobre la aprobación del START.

Otro tema pendiente de aprobación que afronta un futuro incierto en esta sesión post-electoral es la revocación de la medida conocida como «Don’t ask, Don’t tell», que impide a los soldados abiertamente homosexuales servir en el Ejército.

A eso se suma el «Dream Act», un proyecto de ley que podría someterse a votación en la Cámara de Representantes y que permitiría a los hijos de indocumentados que eran menores de edad cuando entraron en el país adquirir la ciudadanía tras cumplir ciertos requisitos.

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