La pobreza y la violencia de género centran las reivindicaciones sobre el bienestar de los menores en el Día del Niño

Este sábado 20 de noviembre se conmemora la aprobación en la Asamblea General de la ONU de la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 y la Convención refrendada treinta años después. Se trata del Día Universal del Niño, que se marca en el calendario como jornada para promover el bienestar de la infancia y denunciar la falta de protección en que se encuentran muchos menores en todo el mundo.

En el caso de España, distintas organizaciones, asociaciones, entidades y administraciones han puesto el acento en la denuncia de dos realidades: la de los dos millones de menores que se encuentran en riesgo de pobreza y la de los más de 800.000 que padecen en casa la violencia de género dirigida contra sus madres.

Sobre el primer asunto, la denuncia la ha encabezado el Comité nacional de Unicef con un informe en el que señala que casi la cuarta parte de los ocho millones de niños españoles viven en hogares donde los ingresos están por debajo del 60% de la mediana nacional (16.684 euros al año en un hogar con dos adultos y dos menores). Este dato sitúa a España a la cola de Europa, donde sólo Rumanía, Bulgaria, Letonia e Italia tienen peores índices de pobreza infantil.

Esta pobreza, que se agudiza conforme se desarrolla la crisis económica, «se ceba especialmente» con los hijos de familias numerosas (el 44,4% de estos niños están en riesgo), monoparentales (38,6% en riesgo) y, en general, las que tienen niños, ya que «todos los índices de exclusión y privación social afectan más a quienes tienen hijos, especialmente si son pequeños», y si además, son inmigrantes, el porcentaje se duplica, tal y como señala el informe.

En cuanto a la violencia de género, un año más las administraciones carecen de datos contrastados. El extinto Ministerio de Igualdad estimó en su día que unas 400.000 mujeres estarían siendo maltratadas en silencio en España. Con una media de dos hijos por pareja, calculó que serían unos 800.000 los menores afectados por esta violencia, aunque Save the Children ha recordado esta semana que la cifra podría ser mucho mayor y ha denunciado que «son los grandes olvidados del sistema de protección».

La ONG ha presentado una campaña de sensibilización esta semana que pone el acento en que los niños no son meras «maletas de sus madres», sino que padecen la violencia, aún sin ver un bofetón, hasta el punto de arrastrar secuelas durante toda su vida, como problemas de socialización, aislamiento, inseguridad, pesadillas, insomnio, fobias o agresividad. En muchos casos, crecen interiorizando modelos de conducta violenta que pueden reproducir en la edad adulta.

El Consejo de la Juventud de España (CJE) también se ha pronunciado sobre este asunto, para denunciar la «vulnerabilidad e indefensión» que sufren los niños ante la violencia machista y exigir a los poderes públicos «políticas que reconozcan, defiendan y garanticen los derechos de la infancia y adolescencia, sector que representa al 19 por ciento de la población de España».

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