Una operación de apenas 40 minutos desarrollada por un cuerpo de fuerzas especiales de la Marina
Todo empezó hace cuatro años. Según The New York Times, detenidos en la prisión de Guantánamo facilitaron el seudónimo del mensajero a los interrogadores norteamericanos dijeron que el hombre era un protegido de Sheikh Mohammed, el cerebro de los ataques del 11-S, preso en la cárcel de Guantánamo.
Los agentes tardaron dos años en conocer la región donde operaba. A partir de ahí, la CIA halló la localización donde el mensajero de Bin Laden y su hermano vivían en Pakistán.
SEIS MESES TIRANDO DEL HILO
El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca John Brennan detalló ayer sobre las nueve de la noche (hora española) en una rueda de prensa en Washington que durante seis meses tiraron del hilo dejado por el mensajero de Bin Laden identificado hasta toparse con el complejo en el que residía el terrorista saudí. La sorpresa fue mayúscula.
El lugar era un área próspera que se hallaba a unos 55 kilómetros al norte de Islabamad, la capital paquistaní. Durante una década, la inteligencia y el Ejército norteamericanos habían seguido diversas pistas de Bin Laden, pensando que se encontraba en alguna cueva, entre Pakistán y Afganistán, donde incluso en una ocasión se llevó a cabo una agonizante batalla de persecución en las montañas de Tora Bora donde estuvo acorralado.
Se encontraba en la localidad de Abottabad, cerca deIslamabad y en el norte de Pakistán. Fuentes oficiales estadounidenses aseguran que los espías norteamericanos se dieron cuenta de que no era una residencia normal.
Se trataba de un complejo de lujo por completo fortificado. Muros de más de tres metros, con alambres de espino, sin ventanas y con el acceso muy restringido. Solo tenía dos puertas de entrada. Construida en 2005 y valorada en un millón de dólares, la residencia no tenía ni acceso telefónico ni conexión a Internet.
La CIA dedicó semanas a examinar con fotos vía satélite e informes de sus espías la mansión y determinar quién estaba viviendo entre sus grandes paredes. Según el diario británico The Guardian, los agentes conocieron que el mensajero y su hermano vivían junto con una familia.
En septiembre, según un alto funcionario, la inteligencia estadounidense determinó que había «una gran posibilidad» de que Bin Laden se hallase escondido dentro. En febrero, los agentes supieron que esa familia era nada más y nada menos que la familia Bin Laden.
El asesor estadounidense John Brennan señaló ante los periodistas que sopesaron la acción por aire y por tierra, trataron de diseñar una operación que minimizase las bajas estadounidenses al tiempo que maximizase el «éxito» de la campaña.
Ante la posibilidad de que escapase en un bombardeo, Washington decidió poner el pie en tierra.
En marzo, Obama conoció de primera mano la situación de la investigación. Ese mes, tuvo su primera reunión de las cinco que mantuvo en seis semanas en la Casa Blanca para conocer todos los detalles de la operación contra Osama Bin Laden.
Finalmente, el presidente estadounidense dio la orden de atacar el pasado viernes, 29 de abril. Washington no compartió los datos de inteligencia sobre el paradero de Bin Laden con ningún otro país, ni siquiera con Pakistán, que supo de la operación una vez que esta ya había terminado.
LOS COMANDOS SEALS
La operación, según un alto funcionario, fue desarrollada con «precisión quirúrgica» por un puñado de operativos norteamericanos en al menos dos helicópteros. Apenas duró 40 minutos desde la llegada de los efectivos estadounidenses a la residencia hasta su partida.
Según los responsables norteamericanos, la misión fue ejecutada por las fuerzas especiales Navy Seals (acrónimo de Sea, Air, Land, esto es, mar, aire y tierra), responsables de operaciones antiterroristas y de guerra no convencional.
Con raíces ya en la Segunda Guerra Mundial, los Seals, capacitados especialmente para el combate bajo el agua, recibieron su gran impulso durante el mandato de John F. Kennedy, en un escenario en el que la lucha de guerrillas e insurgentes adoptó tácticas no convencionales.
Al entrar las fuerzas especiales en el complejo se produjo un tiroteo con los hombres que trataban de proteger al líder de Al Qaeda. El asesor Brennan declinó ofrecer detalles concretos del asalto al inmueble, pero sí señaló que Bin Laden, antes de recibir un balazo en la cabeza, se sirvió de una de sus esposas como escudo para protegerse.
Este detalle, siempre según la versión de Washington, junto al tipo de mansión en la que se escondía, «habla de la naturaleza» del fugitivo, opinó Brennan.
Tras la operación, los estadounidenses abandonaron el lugar nuevamente en helicóptero y sepultaron a la víctima «en el mar».
El Departamento de Defensa informó este 2 de mayo de 2011 de que antes de lanzarle al mar envuelto en una bolsa pesada, se procedió con el ritual islámico. Uno de los dos helicópteros fue destruido por las propias fuerzas estadounidenses al comprobar que tenía problemas técnicos.
La Casa Blanca ha informado de que aún no han decidido si publicará las fotos de la operación, aunque sí ofrecerá las pruebas de ADN que ha permitido confirmar que el cuerpo lanzado al mar era el de Osama bin Laden.