Las tropas leales al régimen están preparando un asalto para hacerse con el control de la ciudad de Bengasi y poner fin a la rebelión
Estados Unidos cree que la ONU debe considerar acciones «que vayan más allá» de una zona de exclusión aérea en Libia, una medida que trata de proteger a los civiles de los bombardeos de Muamar el Gadafi y que Francia, EE UU y Reino Unido pretenden que se someta a votación en el Consejo de Seguridad, antes de que las tropas del dictador libio acaben con los rebeldes.
Las declaraciones de la embajadora estadounidense en Naciones Unidas, Susan Rice, son la señal más clara de que Washington apoyará una resolución que cree una zona de no sobrevuelo en Libia, tras la cautela mostrada hasta ahora, ante las dudas sobre la efectividad militar de la medida y sus posibles repercusiones políticas.
«Estamos discutiendo muy seriamente y liderando los esfuerzos en el Consejo hacia un conjunto de acciones que creemos pueden ser efectivos para proteger a los civiles», declaró Rice anoche (esta madrugada en España) tras varias horas infructuosas de reunión en la ONU.
«La visión de EE UU es que necesitamos estar preparados para contemplar pasos que incluyan, pero quizá vayan más allá que una zona de exclusión aérea, ya que la situación sobre el terreno ha evolucionado y una zona de exclusión aérea tiene limitaciones inherentes en términos de protección de civiles en riesgo inmediato».
Estados Unidos, Francia y Reino Unido tratan de convencer al resto de miembros del Consejo de que el borrador de resolución, presentado por Líbano, se vote sin más dilación, ante la pérdida de terreno de los rebeldes libios, que este 17 de marzo de 2011 podrían afrontar, según ha amenazado Gadafi, el asalto a su bastión, Bengasi.
Pese a las presiones, miembros del Consejo han expresado sus dudas de que el texto se pueda someter a votación hoy.
El texto contiene algunas referencias controvertidas, pues pueden interpretarse en el sentido de que permiten bombardeos contra las tropas gubernamentales libias si los civiles sufren ataques, algo que Rusia y China no están dispuestos a aceptar.
A cambio, propusieron anoche una alternativa a la propuesta libanesa, que insta a un alto el fuego de ambas partes. Según esa propuesta, en el caso de que las partes no cesaran las hostilidades, se podría optar por declarar una zona de exclusión aérea.
La iniciativa de Moscú, que algunos diplomáticos consideraron una táctica dilatoria, complicó aún más las negociaciones de ayer, que se alargaron por cerca de ocho horas.
El borrador libanés autoriza la adopción de las «medidas necesarias» (eufemismo de acción militar), para implementar la prohibición de vuelos en el espacio aéreo libio, con el fin de proteger a la población civil.
Además, endurece las sanciones al régimen de Gadafi, refuerza el embargo de armas al país y establece medidas para combatir el uso de mercenarios en el conflicto.
Según sus patrocinadores, el documento sigue las directrices marcadas por los ministros de Asuntos Exteriores de la Liga Árabe, que expresaron el sábado en una reunión en El Cairo su apoyo a la imposición de una zona de exclusión aérea.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instó a un alto el fuego inmediato en Libia y pidió a Gadafi que no bombardee Bengasi, la segunda ciudad del país y bastión de los rebeldes.
Según la ONU, las tropas leales al régimen estarían preparando un asalto para hacerse con el control de la ciudad y poner fin a la rebelión.