Ni siquiera su autor Rich Lam, de la agencia Getty, puede asegurar si era un beso u otra cosa
Los graves disturbios que conmocionaro Vancouver el pasado 15 de junio de 2011, tras la derrota del equipo de hockey de los Canucks frente a los Bruins de Boston no sólo dejaron imágenes de violencia y destrucción. Han dejado, también, para la historia de los grandes misterios, una curiosa foto de amor, pasión y sexo.
Una joven pareja, ajena a las cargas policiales, a las porras y al gas lacrimógeno aparece tumbada en medio de una calle en lo que parece ser una apasionado beso.
La fotografía ha dado la vuelta al mundo a través de las redes sociales, pero ni siquiera su autor Rich Lam, de la agencia Getty, puede asegurar si era un beso u otra cosa.
Según cuenta ‘The Guardian’, mientras Lam intentaba tomar imágenes de los disturbios vio a la pareja:
«Yo estaba a unos 20 ó 30 metros de distancia y aparecieron en medio de la calle (…) No creo que alguno de ellos estuviera herido».
Tomó varias imágenes del momento y entonces desaparecieron del encuadre de su cámara.
El fotógrafo explica cómo sucedió todo:
«En medio del caos, con coches ardiendo, la policía cargando contra los seguidores de los Canucks, con fuego en las casas del alrededor me di cuenta que en medio del cordón policial yacían en la calle entre la policía antidisturbios y un espectacular incendio».
«En un primer momento no me di cuenta y fue mi editor más tarde repasando las imágenes cuando se percató de que no era una pareja herida sino que se estaban besando».
Ahora bien, nadie saben quién son ni por qué lo hicieron.
LA DERROTA Y EL JALEO
Todo se disparó cuando os Boston Bruins dieron la puntilla a los Canucks, a los que endosaron un humillante 0-4 en la propia Vancouver.
Es la sexta Stanley Cup para los Bruins, que no triunfaban desde 1972. Para Vancouver, una ciudad apsionada por el hockey sobre hielo, es especialmente doloroso, porque se trata de su tercera derrota en una final tras las de 1982 y 1994.
Al concluir el partido y como suele suceder, hinchas de los Vancouver Canucks protagonizaron violentos incidentes en las calles. La Policía canadiense, que no se anda con chuiquitas, se hartó de lanzar lacrimógenos y de repartir estopa para dispersar a los alborotadores.
La combinación de frustración deportiva, mucho borracho y buen tiempo, transformó Vancouver en un escenario salvaje.
Automóviles y contenedores de basura en llamas, ventanas rotas, escaparates reventados con botellas de cerveza y mucha gente bailando sobre vehículos volcados. Y en medio de todo eso, un misterioso y tórrido beso.