EEUU justifica sus acciones en Libia en mantener «el frente unido» contra Gadafi

WASHINGTON, 28 (Reuters/EP)

El consejero legal del Departamento de Estado norteamericano, Harold Koh, ha defendido la legalidad de la intervención estadounidense en la contienda libia y ha instado al Congreso a mantener «el frente unido» en Libia. Mientras, un alto cargo republicano de la Comisión del Senado de Asuntos Exteriores, Richard Lugar, ha acusado al presidente Barack Obama de violar la Resolución de 1973 sobre Poderes de Guerra.

Koh ha urgido a los congresistas norteamericanos a que apoyen el papel de Estados Unidos en la misión de la OTAN en Libia, ya que, de esta forma, mostraría un «frente unido» contra el líder libio, Muamar Gadafi.

En una comparecencia ante la Comisión del Senado de Asuntos Exteriores, Koh ha justificado la decisión unilateral de Obama de actuar en el país africano aduciendo que el presidente norteamericano consultó «extensamente» con el Congreso, precisamente, el foco de las críticas de los detractores de Obama.

«La naturaleza, el alcance y la duración» de la misión, ha dicho, no requería de la ratificación del Congreso, citando el artículo uno de la Constitución norteamericana.

Por ello, Koh ha pedido a la Comisión que dé un espaldarazo a Obama en el asunto de Libia, pues «el mejor resultado para Gadafi es esperar a que la OTAN se vaya y deje al pueblo libio expuesto a su brutalidad».

«El presidente nunca ha hecho uso de su autoridad para llevar a la nación a la guerra sin la autorización del Congreso, para violar la Resolución sobre Poderes de Guerra ni otro estatuto», ha aseverado el consejero legal del Departamento de Estado norteamericano. Sin embargo, Koh ha reconocido que «las acciones han sido objeto de un importante debate público» y que, por tanto, «puede haber personas en desacuerdo».

OPOSICION

Al respecto, Lugar, ha acusado a Obama de violar la Resolución sobre Poderes de Guerra descartando que el presidente del país tenga «autoridad legal para iniciar y continuar las acciones militares en Libia». Además, ha recriminado que el Gobierno haya considerado que «acudir a la guerra sin el apoyo del Congreso» fuera a ser «más sabio o útil para la misión».

«Es lamentable que la Administración haya rechazado nuestras peticiones para la comparecencia de testigos de los departamentos de Defensa y Justicia en la audiencia de hoy» que avalen la versión del Ejecutivo de Obama, ha criticado Lugar.

La semana pasada, la Cámara de los Representantes denegó la autorización formal a Obama para que continúe participando en el conflicto libio. Para este martes, estaba prevista que se votara una resolución promovida por el demócrata John Kerry y el republicano John McCain a favor de que Estados Unidos prolongue su rol en el país norteafricano en el marco de la operación de la OTAN.

De acuerdo a la Resolución de 1973 sobre Poderes de Guerra, el Gobierno debe emprender la retirada de las tropas enviadas a una misión de urgencia en un plazo de entre 60 y 90 días. Si rebasa dicho límite, la operación estadounidense en Libia pasaría a ser considerada una guerra, una calificación que la clase política norteamericana quiere evitar de manera indiscutible tras los antecedentes de Irak y Afganistán.

«HOSTILIDADES»

Aunque Koh ha insistido en que la acciones en Libia no constituyen actos de guerra como tal, puesto que los «modestos» ataques estadounidenses y la exposición de las fuerzas norteamericanas no pueden equipararse a la guerra de Vietnam, el precedente que sentó dicha Resolución y cuya contienda fue una de las más impopulares de la historia y se mantuvo en un limbo legislativo.

La polémica se ha acentuado tras las informaciones publicadas por el diario norteamericano ‘The New York Times’ que apuntaban que Obama ignoró los consejos del Pentágono y el Departamento de Justicia.

Estos organismos no dudaron al calificar de «hostilidades» las acciones militares estadounidenses que llevaría a cabo en el marco de la misión de la OTAN, un término que aparece en la Resolución y que cuestiona la legalidad del rol estadounidense en Libia.

A raíz de estas consideraciones, Obama consultó a los responsables legales de la Casa Blanca y el Departamento de Estado, quienes adujeron que «hostilidades» era una definición muy extrema y animó al presidente a perseverar en su voluntad de participar en la contienda libia sin la autorización del Congreso.

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