El candidato republicano, Mitt Romney, ha puesto a España como ejemplo de lo que no se debe hacer en cuanto a gasto público, en el primero de los tres debates que se celebrarán antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, previstas para el 6 de noviembre.
«España gasta el 42 por ciento de su economía en gastos gubernamentales, yo no quiero ir por esa vía, quiero ir por la vía de crear empleos en este país», ha dicho, en la parte del debate electoral correspondiente al déficit público.
ANÁLISIS DE PETER BAKER EN EL NEW YORK TIMES
El primer cara a cara entre Romney y el presidente estadounidense, Barack Obama, que aspira a la reelección, se celebra en la Universidad de Denver y se espera que dure unos 90 minutos en los que hablarán de economía, sanidad y del papel del gobierno federal.
«ENDEUDAMIENTO INMORAL»
Para Romney, el nivel de endeudamiento de EE.UU. «simplemente no es moral» y Obama «no ha hecho» durante su mandato lo que prometió, que era «reducir el déficit a la mitad».
Obama replicó que «las matemáticas» y «el sentido común» muestran que el plan de Romney no es una receta para crear empleos ni para reducir el déficit sin para hacer «recortes drásticos» en educación y aumentar las «cargas» a la clase media.
Por ello, prometió no repetir los errores del pasado que condujeron a «la peor crisis financiera desde la Gran Depresión» y poner en marcha un «nuevo patriotismo económico» para crear empleos y «reconstruir» el país con inversiones en educación y energía.
Sobre los impuestos, Romney aseguró que no se los recortará a los ricos y Obama volvió a defender su propuesta de bajárselos al «98 por ciento» de los estadounidenses que no pertenecen al grupo de los más adinerados.
Además, Romney sostuvo que, si gana las elecciones, eliminará y reemplazará la famosa ley Dodd-Frank, diseñada para aumentar el control de las operaciones financieras de riesgo tras la crisis de Wall Street en 2008.
La reforma sanitaria que establece el seguro médico obligatorio, impulsada por Obama y aprobada por el Congreso en 2010, fue otro de los temas dominantes en este primer debate.
Romney criticó al presidente por haber aprobado una reforma «partidista» que no contó con un solo voto republicano, prometió revocarla si llega a la Casa Blanca y subrayó que el costo sanitario en EEUU es «prohibitivo».