El exgobernador de Massachusetts Mitt Romney ha sido elegido oficialmente por el Partido Republicano como su candidato a la presidencia de EE. UU en las elecciones que se celebrarán el 6 de noviembre de 2012.
Los delegados presentes en la Convención Republicana anunciaron, estado por estado, sus votos y dieron la mayoría suficiente, como estaba previsto, a Romney, así como a su compañero de tándem y candidato a la vicepresidencia, el congresista por Wisconsin Paul Ryan.
Romney, de 56 años, ve culminado el sueño de acceder a la candidatura, tras fracasar en el año 2008 y haber tenido que superar esta vez una larga campaña de primarias en la que se enfrentó a una decena de rivales.
En la votación de ayer todavía uno de esos rivales, el ultraliberal y antibelicista Ron Paul, se resistió a darle el apoyo. Está previsto que Mitt Romney se dirija a la Convención mañana por la noche, con un discurso en el que aceptará la candidatura y expondrá su estrategia para devolver la Casa Blanca a los republicanos.
Los participantes en la Convención Republicana pusieron el énfasis en la necesidad de derrotar al presidente, Barack Obama, un político que no es apto, según los conservadores, para arreglar la economía americana. «Nunca ha dirigido una empresa. Ni siquiera ha revendido en un mercadillo o mirado el interior de un puesto de limonada», aseguró el presidente del partido, Reince Priebus.
Valor como empresario
Romney se presenta ante el electorado como un gestor exitoso, que fundó y gestionó con éxito la firma de inversiones Bain Capital; además de salvar de la quiebra los Juegos Olímpicos de invierno celebrados en Salt Lake City en 2002 y gobernar el estado de Massachusetts, donde redujo el déficit e instauró un sistema de cobertura médica en el que terminó inspirándose Obama.
Los mensajes de los representantes del partido que ayer fueron pasando por la tribuna, entre ellos Reince Priebus, apelaron a la necesidad de revivir el «sueño americano» para crear empleo, frenar las injerencias del Gobierno y defender la familia, la vida y las libertades individuales.
El congresista por Texas Francisco Canseco argumentó que la respuesta a los problemas actuales de EE. UU «es simple»: habría que instaurar «impuestos más bajos y menos Gobierno», esa es la solución, porque significa, en su parecer, «más oportunidades y mejores empleos para un futuro más próspero para las siguientes generaciones».