«Vamos a traer nuestros efectivos de Afganistán. Y he fijado un calendario. Para el año 2014, todas las tropas se habrán ido» dijo Obama en un mitin el pasado septiembre, sólo para que su propio personal de prensa le dejara por embustero.
En el debate, Biden repitió la mentira de Obama. «Nos vamos en 2014, punto».
De no ser porque no nos vamos. Según la definición Obama-Biden de marcharse de Afganistán, de 2014 en adelante tendremos destacado el mismo número de efectivos que durante la guerra con la administración Bush.
Obama tendrá en 2015 más efectivos destacados en Afganistán que Bush en 2006.
Obama no se marcha de Afganistán. Obama se dispone a retirar las tropas destacadas con motivo de su fracasado incremento en Afganistán. Es una mentira, y hay que pedirle cuentas por ello.
Como abordo en mi trabajo La gran traición, la promesa de Obama de abandonar Irak enseguida fue un fraude. Se perpetró a base de poner un nombre diferente a la misión y dejar a los efectivos militares destacados allí con el nombre de «asesores».
2014 no va a significar la retirada de Afganistán de todos los efectivos militares estadounidenses. Lo que significa es que esos efectivos, decenas de miles, van a pasar a ser considerados asesores de las fuerzas afganas de seguridad. Y Obama va a seguir mintiendo y diciendo que en 2014 se acaba la guerra.
Ciertos funcionarios militares norteamericanos han manifestado que el plan consiste en dejar en Afganistán 25.000 efectivos militares norteamericanos destacados más allá de 2014, pero Marc Grossman, representante especial del Departamento de Estado para Afganistán y Pakistán, insistía en que todavía no se ha fijado un número de efectivos y que la cifra de 25.000 aparecida en los medios es especulativa.
25.000 es una cifra plausible, pero puede quedarse corta. Cuando Obama «se retiró de Afganistán», son 50.000 los efectivos militares norteamericanos que se quedaron en calidad de «asesores».
Pero examinemos lo que significan realmente 25.000. En la primavera de 2008, con Bush, los efectivos militares norteamericanos destacados en Afganistán alcanzaban un máximo de 32.000 tropas. En el año 2006, había solamente 20.400. Una cifra en torno a los 25.000 no puede sino considerarse pequeña en relación al enorme número de efectivos vistos durante el fracasado incremento de Obama.
La «retirada de Afganistán» de Obama va a dejar destacados en el país más efectivos que durante casi toda la administración Bush. Curiosa definición de poner fin a una guerra.
Según la definición Obama de poner fin a una guerra, destacar de manera extraordinaria un enorme número de efectivos militares en un conflicto abierto y luego sacarlos dejando destacados más o menos el mismo número de militares que había con tu antecesor es poner fin a una guerra.
Obama viene atacando repetidamente a Romney con Afganistán de una forma cada vez más descarada.
«Hay que decidir cuál es el futuro de la guerra de Afganistán. Se dieron cuenta la pasada semana de que el gobernador Romney no dijo una palabra de nuestras tropas destacadas allí en peligro», decía Obama a la audiencia en el mitin del instituto de Toledo. «Porque con mi plan, 33.000 habrán vuelto a casa antes de acabar el mes».
Lo que Obama no dice es que esos 33.000 efectivos fueron destacados en Afganistán de forma extraordinaria a causa de su plan… un plan que fracasó.
«El gobernador Romney no dijo nada de Afganistán la pasada semana», decía Obama el domingo. «El gobernador Romney no tiene un calendario. A mí me parece que se equivoca. Y eso es lo que se decide en estas elecciones».
El calendario de Obama para Afganistán resulta ser una mentira. Exactamente igual de gorda que su calendario para Irak.
Romney tiene que dejar en evidencia las mentiras de Obama exigiendo que exponga el calendario de la retirada integral y completa de todos los efectivos estadounidenses, además de las tropas encargadas de la protección de las misiones diplomáticas.
Daniel Greenfield ocupa la cátedra Shillman de periodismo y es periodista radicado en Nueva York especializado en el islam. Está a punto de publicar un libro acerca de los desafíos internacionales a los que se enfrenta América en el siglo XXI.