El brutal atentado tuvo lugar cuando miles de participantes terminaban la 117 edición de la carrera
Otra vez el terrorismo. Otra vez la barbarie ciega contra los inocentes.
El reloj de la meta del maratón de Boston marcaba 4 horas, 9 minutos y 43 segundos cuando estalló el primer artefacto entre las filas del público que seguía la carrera. Hacía ya hora y media que habían entrado los mejores atletas y se acercaban en ese momento al final de su odisea los más modestos aficionados.
Algunos de ellos cayeron al suelo por efecto del estallido, otros siguieron corriendo espantados entre los gritos y los llantos de los presentes. El público saltó alocadamente las vallas de protección buscando refugio sin rumbo.
Tras su huida, los rastros de sangre y el destrozo provocado fueron la primera indicación del tamaño de la tragedia ocurrida.
Apenas 10 segundos después hizo explosión una segunda bomba en un lugar próximo, en los alrededores del hotel Fairmont Copley Plaza, donde estaba la base de la organización del maratón, provocando escenas similares.
El maratón de Boston, una de las señas de identidad de esta histórica ciudad, fue objeto este lunes 15 de abril de 2013 de un ataque con bombas, coordinado y perfectamente planificado, que tenía el claro propósito de sembrar la muerte y el caos de forma masiva e indiscriminada.
Tres personas han perdido la vida y cerca de un centenar sufrieron heridas de diversa consideración, algunas de cuales se encentran en estado crítico.
EN EL CNETRO DE LA CIUDAD
En la confluencia de las calles Berkley y Boylston, junto a la boca de metro Arlington, varios corredores deambulaban cubiertos con mantas térmicas y mirada desorientada.
Un paquete sospechoso estallaba en la biblioteca pública JFK y otro era desactivado en el Mandarin Hotel, se decía que otro en la Universidad de Harvard…
La North Eastern University pedía a los alumnos que no salieran del campus, mientras los corredores que aún no habían cruzado la meta eran desviados por una avenida lateral.
Quienes permanecían en las cercanías del lugar de las detonaciones estaban especialmente impresionados por las lesiones sufridas por los heridos: “Había gente con los pies cortados por los talones”, relataba un corredor al diario Boston Globe.
Se da la circunstancia de que este lunes se celebraba en el estado de Massachusetts, al que pertenece Boston, el «Día del Patriota».
Los estallidos se produjeron cuando miles de participantes en la carrera terminaban la 117 edición del maratón de Boston, ante una multitud de personas en el público que observaba y animaba a los corredores.
La primera bomba explosionó juesto en el momento en que normalmente se concentra el mayor número de personas en la meta de la competición. Más de 100 heridos a consecuencia de las explosiones han sido tratados en los hospitales de la ciudad.
La cadena WCVB mostró imágenes impactantes, tomadas desde el lugar de la meta, en el momento en que se producían las explosiones. Tras la humareda se produjo el pánico entre la multitud, mientras comenzaba a escucharse el ulular de las sirenas de las ambulancias y de los coches de la Policía.
«Se produjo una explosión en el lugar de la meta», dijo una portavoz de la Policía de Boston, «la Policía, los bomberos y el personal médico están en el lugar de los hechos».
La policía local ha realizado tres explosiones controladas en el lugar.
Un portavoz de la organización del maratón dijo a la Prensa que se prohibió de inmediato a la gente entrar o salir del hotel que servía de sede a la organización del evento deportivo. La línea de metro entre Kenmore y Park Station fue igualmente suspendida.
De acuerdo con la cadena CNN, la posibilidad de que se tratase de un ataque terrorista, con otros posibles objetivos escalonados en el tiempo, llevó a las autoridades locales y federales a disparar un dispositivo más amplio de seguridad.
La televisión anunció que se había decidido «aumentar a un nivel superior» las medidas de seguridad antiterrorista en Nueva York.
El tramo final del maratón estaba dedicado a las víctimas de Newtown y varios familiares estaban cerca de la meta.
El hotel Mandarin de Boston fue acordonado por la Policía después de que se denunciase el descubrimiento de un «objeto sospechoso».
El Mandarin Oriental es un lujoso hotel situado en la calle Boylston, en el histórico barrio de Back Bay, cerca de Copley Square. Asimismo, se anunció el cierre de todos los puentes de la ciudad sobre el río Charles.
El presidente Barack Obama dio instrucciones a su gobierno para que ayudase a las autoridades de Boston a investigar lo que es a todas luces un nuevo atentado terrorista.
El vicepresidente Biden, que dirige los esfuerzos para la reducción de la venta libre de armas en EEUU, dijo que «rezaba por las víctimas».
En un discurso a la nación, Obama ha asegurado desconocer las causas exactas de las explosiones y ha pedido que no se saquen «conclusiones precipitadas».
«Cogeremos a quien haya hecho esto».
El servicio secreto ha creado un perímetro de seguridad alrededor de la Casa Blanca. El presidente Obama ha llamado al alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, porque las autoridades federales temen réplicas de las explosiones en esta ciudad.
El Ministerio de Exteriores español ha confirmado que no hay ningún español entre los muertos.