A Susan Manning le gustaba el vodka; era una bebida fácil de disimular

La infancia quebrada del soplón Bradley Manning, alias ‘Chelsea’

Gay en una familia quebrada por un divorcio y el alcoholismo

El martes, fue sentenciado a 35 años de cárcel, una cifra significativamente inferior a los 90 que podría haber pasado en prisión

El juicio al soldado Bradley Manning (quien este jueves 22 de agosto de 2013 anunció que se considera mujer y responde al nombre de Chelsea) arroja luz sobre cómo el militar logró filtrar miles de documentos clasificados del gobierno estadounidense a WikiLeaks pero también sobre una infancia problemática en una familia quebrada por un divorcio y el alcoholismo.

A Susan Manning le gustaba el vodka; era una bebida fácil de disimular.

«Si pones vodka a ciertas bebidas, no se puede oler», afirmó la hija de Susan, Casey Major, la semana pasada en un juzgado en Fort Meade, Maryland.

También le gustaba el ron, la cerveza y, realmente, cualquier cosa que hubiera en casa.

Cuando se quedó embarazada por segunda vez, los familiares y amigos tenían sentimientos encontrados. Una familiar que testificó en la corte, Debra Van Alstyne, dijo:

«Al principio pensé: ‘Oh genial.’ Pero luego pensé: ‘Oh no.'»

En ese momento, Major tenía 11 años. En la actualidad tiene 36, es ama de casa y vive en Oklahoma City. Sentada en el estrado, cuenta con los dedos las semanas que su madre bebió alcohol pese a estar embarazada.

«Al menos durante el primer trimestre«.

Su hermano pesó unas 6 libras (2,7 kilos) al nacer.

Bradley Manning mostraba síntomas de síndrome alcohólico fetal, afirmó el capitán David Moulton, un psiquiatra clínico que testificó en la corte ese día y que, mientras miraba al soldado, describió sus características faciales como típicas de quien lo padece, como su labio superior delicado y fino.

El militar fue declarado culpable de 20 cargos, incluyendo varios de espionaje, robo de datos gubernamentales y de fraude informático. Será degradado al rango E1, el más bajo del ejército.

El martes, fue sentenciado a 35 años de cárcel, una cifra significativamente inferior a los 90 que podría haber pasado en prisión.

¿Influyó en el veredicto?

Manning tiene rasgos faciales característicos de quienes sufrieron síndrome alcohólico fetal, según un psiquiatra.

No está claro hasta qué punto, si es que tuvo algo que ver, los testimonios sobre su infancia afectaron a la decisión de la jueza militar, Denise Lind.

Para entonces podría tener ya decidido lo que iba a hacer. Como explicó el juez militar retirado Gary Solis, ya había «oído los hechos y argumentos de los dos lados».

Sin embargo, las historias sobre su educación impresionaron a los allí presentes.

E independientemente del impacto que haya tenido en la decisión de la jueza, este testimonio ayuda a dar forma a la historia de Manning y revela cómo fueron su infancia y adolescencia en Oklahoma (Estados Unidos) y Gales (Reino Unido).

Como es natural, su madre jugó un papel importante en su formación esos años. Las descripciones de su vida y su rol como progenitora ayudan a mostrar en quién se ha convertido en quien es hoy: para algunos, un traidor; para otros, un héroe.

Sea visto como un cobarde o un valiente, ya es conocido en todo el mundo. Pero la mayor parte de los últimos tres años, su madre ha estado fuera del foco público.

De Gales a Oklahoma

Manning sonrió durante el juicio cuando vio una foto de su infancia en una pantalla.

De 59 años, Susan Manning, que en la actualidad vive en Gales, dio una entrevista al diario Daily Mail este mes, pero no les ha dicho mucho más a los periodistas.

Los esfuerzos para contactar con ella, su familia y sus amigos para este artículo han sido infructuosos.

Para Tim Price, autor de «La Radicalización de Bradley Manning», que tomó un té en la casa de su madre, asegura que es «simplemente una madre galesa que adora a sus hijos».

Esa no fue la imagen que se dio de ella durante el juicio.

Susan Fox, su nombre antes de soltera, es de Haverfordwest, Pembrokeshire, en el suroeste de Gales, donde creció con sus ocho hermanos.

En la década de 1970, Brian Manning, un infante de marina estadounidense, fue destinado a la base cercana de Cawdor.

Un día a principios de los 70, cuando Susan Fox estaba de compras, conoció a Brian. Se enamoraron y finalmente decidieron irse a vivir juntos a EE.UU.

Ella había crecido en una casa ruidosa y poblada y vivía cerca de primos y otros vecinos en Gales. De repente, se encontró en el corazón de la Oklahoma rural sin familia cerca y aislada del mundo exterior de muchas maneras.

Brian Manning trabajaba como líder de proyecto en la empresa Hertz y vivían en dos hectáreas de tierra a las afueras de Crescent, una ciudad del condado de Logan. Tenían un estanque, un columpio, dos caballos y un perro, según recordó su hija Major en el juzgado.

El vecino más cercano vivía a medio kilómetro y Susan no sabía conducir.

Además, no está claro si sabía escribir bien. «Sé que podía leer», dijo su hija.

«Lo que no estoy tan segura es si podía escribir».

Hablaba con sus amigos y su familia por teléfono y bebía. Cuando estaba embarazada siguió bebiendo «pero no tanto», explicó Major. Después de que naciera su hijo, volvió a su rutina.

Era «muy amigable» cuando comenzaba a beber durante el día, recuerda.

«Según avanzaba la noche, se ponía triste. Bebía hasta perder el conocimiento o hasta que se iba a la cama. Por la mañana estaba insoportable, insoportable. Te gritaba de una habitación a otra para que le llevases los cigarrillos o para que le hicieses una taza de té».

Major cuidaba de su hermano cuando era un bebé, le daba leche por la noche cuando lloraba. Su madre no se levantaba.

«Niño feliz»

Cuando Major testificó sobre su infancia, la cara de su hermano, marcada por los granos, era inexpresiva, mientras sus manos huesudas y pálidas jugueteaban con un bolígrafo.

Bradley fue un «niño feliz», según dijo su hermana en la corte.

«Tenía algunos camiones con los que jugaba en la tierra».

Cuando mostraron una foto suya de niño en la pantalla de la corte, surgió una sonrisa en la cara de Bradley Manning. Entonces, Major se derrumbó y tomó un pañuelo.

El matrimonio de sus padres comenzó a tambalearse en los 90 y una noche su madre tocó fondo.

«Tomó un bote entero de Valium y me despertó en medio de la noche para decirme que lo había hecho para matarse», relató Major.

La joven llamó al teléfono de emergencias donde le dijeron que tardaría mucho en llegar la ambulancia.

Ayudó a su madre a sentarse en el asiento de atrás y le dijo a su padre que se sentara con ella para asegurarse de que podía respirar, pero él se sentó en la parte delantera.

«Por desgracia, a mi hermano de 12 años le tocó ponerse atrás y asegurarse de que nuestra madre todavía vivía».

La pareja se separó en 2000 y la madre regresó a Gales con su hijo.

Manning entró en el ejército en 2007 y le mandaron a Irak, donde comenzaron los problemas.

En una ocasión le encontraron en el suelo de un almacén «en posición fetal con una navaja», explicó Moulton. En mayo de 2010, filtró el material clasificado a WikiLeaks y fue arrestado.

Hace dos años, su madre mandó una carta al canciller británico, William Hague, en la que pedía a las autoridades consulares visitarlo en la cárcel en EEUU. En su carta, dijo que viajaría a Quantico, Virginia, para verlo.

Sin embargo, durante las audiencias no estuvo en la corte.

 

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