El asesino y su hermana lanzaron el congelador donde metieron el cadáver en una zona a orillas del río Hudson
El pasado mes de julio, la policía volvió a colocar carteles con el rostro de la niña y ofreció una recompensa de 12.000 dólares por alguna pista. Fue entonces cuando apareció una mujer que dijo conocer a la hermana de la menor.
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Cada año, la víspera del aniversario de su asesinato, la policía colocaba carteles en la ciudad de Nueva York para atraer la atención de quien pudiera brindar alguna información para la investigación. Pero nada. Nadie sabía quién era esa niña a quien habían encontrado en un congelador hacía 22 años y que fue enterrada con el nombre de ‘Baby Hope’.
El pasado mes de julio, la policía volvió a colocar carteles con el rostro de la niña y ofreció una recompensa de 12.000 dólares por alguna pista. Fue entonces cuando apareció una mujer que dijo conocer a la hermana de la menor.
Han tardaron más de 22 años, pero al fin la Policía de Nueva York logró esclarecer uno de los crímenes más misteriosos de la historia de la ciudad: la muerte de una criatura de 4 años, identificada como Angélica Castillo.
EL ASESINO
El asesino confeso ha resultado ser su primo, Conrado Juárez, de 52 años, quien ua ha sido presentado durante estas últimas horas ante una corte de Manhattan, donde le han acusado de asesinato en segundo grado y ha sido decretado su ingreso en prisión.
El hombre, quien tiene cuatro hijos, se declaró no culpable a pesar de haber confesado el crimen tras más de cinco horas de interrogatorio en la Policía.
Juárez contó a los agentes que violó a la menor en el pasillo de la casa de unos familiares.
El hombre de origen mexicano, quién trabajaba como lavaplatos en un restaurante de Manhattan pero residía en El Bronx, también le confesó a las autoridades que asfixió a la niña con una almohada mientras la violaba.
EN UN CONGELADOR
Tras cometer el abominable acto y al ver que no se movía, le entró el pánico y pidió la ayuda de su hermana, identificada como Balbina, quien estaba en otra habitación y fue quien le dijo que tenía de deshacerse del cuerpo.
Juárez, quien tenía 30 años cuando cometió el crimen, procedió a meter a la niña en un congelador de mano que le trajo su hermana. El hombre contó que primero dobló el cadáver por la mitad, lo amarró y lo metió dentro en una bolsa de basura.
Una vez dentro del receptáculo le colocó latas de sodas para tratar de disimular el contenido.
Luego los hermanos lo lanzaron en una zona boscosa a orillas de la autopista que bordea Manhattan por el río Hudson, a la altura del sector de Inwood, en el Alto Manhattan. Balbina falleció hace varios años.