Angela Deskins, Shetisha Sheeley y Shirellda Terry eran tres jóvenes de Ohio que fueron asesinadas por Michael Madison, condenado a pena de muerte.
Durante el juicio, el padre de una de las víctimas, llamado al estrado para declarar, atacó a Madison después de que este le sonriera y se mostrara indiferente ante sus declaraciones.
La actitud del acusado, un facineroso de tomo y lomo, a la par que burlón y sumamente provocador, llenó de ira al progenitor que saltó sobre él en plena sala.
Los agentes de seguridad tuvieron que intervenir en el incidente para frenar al padre. Madison ni se inmutó, continúo riéndose y burlándose.