Después de que la Corte Suprema de EE.UU. rechazara el último recurso de su abogado el pasado 22 de febrero, las autoridades trasladaron a Hamm al lugar donde acabarían con su vida.
Sin embargo, algo funcionó mal en el procedimiento.
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Así, un equipo médico trató de introducirle catéteres durante horas en diferentes partes del cuerpo -desde la ingle hasta la arteria femoral o la vejiga- en un intento de encontrar algún lugar apto para administrarle el «cóctel de fármacos secreto y letal», informa The New York Times, .
El periodista Roger Cohen catalogó la escena como «una danza macabra impulsada por una indecorosa determinación de ejecutar a Hamm».
Por su parte, el letrado del reo resumió que se trató de «una ejecución fallida que solo se puede calificar de tortura».