Corredor de la muerte es el nombre que se le da a la celda de los condenados a muerte, a menudo es una sección de una prisión, donde se encuentran las celdas de los individuos que esperan la ejecución. El vocablo se usa además para designar al tiempo de espera de la ejecución («estar en el corredor de la muerte»), aun en lugares donde no hay una sección separada o instalaciones especiales para las ejecuciones.
Luego de que un individuo es encontrado culpable de un crimen y sentenciado a muerte, permanecerá en el corredor de la muerte mientras continúa cualquier procedimiento de apelación, y luego el tiempo necesario para la ejecución.
Debido a lo complejos, costosos y extensos que son los procedimientos de apelación que deben realizarse antes de la ejecución, en algunas jurisdicciones, los presos pueden pasar años en el corredor de la muerte, e.g. los Estados Unidos; casi una cuarta parte de muertes en el corredor de la muerte en los Estados Unidos son en realidad debido a causas naturales
. Normalmente, los prisioneros del corredor de la muerte suelen tener limitadas sus comunicaciones. Sin embargo, desde 2000 la puesta en funcionamiento de la red social Write a Prisoner posibilitó que casi 300 reos con condenas a penas capitales pudieran establecer contacto con el exterior.
Algunos gobiernos estatales como los de Montana y Florida, sin embargo, implementaron restricciones para impedir el uso de esta comunidad virtual.
Jeffrey Lynn Borden, un recluso condenado a pena de muerte en Alabama (Estados Unidos), apareció colgado de una sábana dentro de su celda el pasado 3 de junio, según confirmó el Departamento de Correcciones de ese estado norteamericano e informó Fox News.
Tras cometer su aparente suicidio, ese reo de 57 años fue encontrado hacia las 2:30 de la madrugada, aunque no le declararon muerto hasta las 15:00 de ese día, según indica el portal web de noticias al.com.
Borden esperaba en el corredor de la muerte desde 1995, después de que le sentenciaran a la pena capital por los asesinatos de su exesposa, Cheryl Borden, y su suegro, Roland Harris, que cometió dos años antes frente a sus tres hijos.
Estaba programado que este preso fuera ejecutado en octubre de 2017, pero tres horas antes de que se pusiera en marcha el juez Keith Watkins, del Tribunal de Distrito de Estados Unidos, suspendió el proceso.
El mes siguiente, Watkins levantó la suspensión de la ejecución de Jeffrey Lynn Borden, mientras que este febrero rechazó una solicitud de sus abogados para restablecer el día de su muerte. Se desconoce si finalmente se fijó una nueva fecha para su ejecución.