Su dormitorio no está en el mismo piso que el de su marido, sus vestidos tienen mensajes ocultos, su poder es mayor de lo admitido... Un libro desvela los secretos de la primera dama más escrutada

Melania Trump: los 7 ‘secretos’ de la Primera Dama de EEUU y su misterioso mundo

El misterio Melania. La mujer de Trump siempre ha sido un enigma.

Como evidencia la biografía «Free, Melania», de la periodista de la CNN Kate Bennett, cada cual ve en ella lo que se le antoja: feroz defensora de su marido, domadora de los peores instintos de este, sufrida víctima atrapada en una jaula de oro o miembro secreto de la resistencia feminista.

Todas estas hipótesis son meras especulaciones, porque Melania Trump de sí misma no es que revele poco, es que mantiene su intimidad en el más estricto de los secretos.

No es una novedad que el presidente de EEUU y su mujer duerman en habitaciones separadas.

Lo que sí es insólito es que lo hagan en pisos diferentes.

Este detalle, revelado por una nueva biografía no autorizada de la primera dama, pone de manifiesto el misterio que es Melania: discreta, formal, distante, a veces estoica y siempre reservada.

  1. Es la tercera esposa de Trump y será la primera dama de toda la historia que no habla inglés como lengua materna, ya que es eslovena, en concreto, nacida en la antigua Yugoslavia en el año 1970, por lo que tiene 24 años menso que su marido.
  2. Melania y Trump tienen firmado un acuerdo prematrimonial por el que ella renuncia a su fortuna. Cosa que no hizo Trump con su anterior esposa, Ivana, a la que pagó un cantidad enorme de dinero.
  3. Se ha hablado mucho de las supuestas fotos desnuda de Melania, pero no se sabe si son o no reales. Lo que si es cierto es el cabreo de Trump al respecto.
  4. Se casó con un llamativo traje de novia dorado, en una ceremonia con 300 invitados y al puro estilo Trump.
  5. Barron Trump es el único hijo que tiene la pareja actualmente, ya que el resto de hijos son fruto de las relaciones anteriores de Trump.
  6. Estudió arquitectura y habla cinco idiomas, por lo que su imagen como mujer florero, es algo infundado por las malas lenguas.
  7. Cierto es que pecó de inocente al admitir un discurso plagiado literalmente de uno anterior de Michelle Obama, pero las novatadas se pagan caro, aunque no influyó en absoluto en que su marido fuera elegido presidente.

Calculada distancia

A la primera dama se la ve en contadas ocasiones en actos públicos con su marido. Alguna rueda de prensa, un puñado de viajes oficiales y sobre todo ceremonias de corte oficial como el reciente encendido de las luces del árbol de Navidad. La periodista Bennett, autora de la biografía no autorizada, mantiene que uno de los motivos de esa calculada distancia es que desde antes incluso del primer día en el cargo, la primera dama ha tenido que aprender «a valerse por sí misma».

Uno de los mayores sinsabores de Melania Trump, según el libro, fue el discurso que pronunció ante el congreso del Partido Republicano en julio de 2016 en el que su marido aceptó la candidatura a la presidencia. La campaña electoral la dejó con un raquítico equipo sin experiencia, que pergeñó un discurso que al final resultó estar en gran parte plagiado del que Michelle Obama (55) había dado en 2008. Según el libro, la primera dama quedó «consternada» y decidió que desde entonces, si quería ahorrarse otro bochorno, sólo podría confiar en sí misma y en su criterio.

Desde hace casi un siglo cada primera dama de EE.UU. elige un asunto de importancia para ella y lo convierte en su prioridad en la Casa Blanca. En el caso de Laura Bush (73) fue la lucha contra el analfabetismo. Michelle Obama optó por la alimentación saludable. Melania Trump se ha centrado en combatir el acoso escolar y reducir el consumo de nicotina líquida (vapeo) por parte de los menores.

La nueva biografía de Melania Trump revela además las tensiones de esta con otras mujeres en la primera línea del gobierno. Según la autora, la primera dama mantiene una fría relación con la mujer del vicepresidente, Karen Pence (62), y, algo más sorprendente, con su propia hijastra, Ivanka Trump (38). Esta última se hace llamar «primera hija», trabaja como asesora de su padre sin percibir salario por ello y se ha ido abriendo camino en la Casa Blanca asumiendo competencias hasta ahora reservadas para la primera dama, como la coordinación de ayudas a emprendedoras o programas de educación y desarrollo en el tercer mundo.

Mensaje envenenado

Según el libro la famosa chaqueta de Zara que Melania Trump lució en junio de 2018 durante una visita a inmigrantes detenidos en la frontera con el lema en la espalda «A mí no me importa, ¿y a ti?» era un mensaje para Ivanka Trump. «Creo que la chaqueta era un pellizco gracioso a Ivanka y sus intentos casi constantes de convertirse en portavoz de la administración en sus programas más amables», escribe Bennett.

La biografía de Melania Trump admite, finalmente, lo obvio: que nunca antes una primera dama ha sido sometida a un escrutinio semejante. Hay algo casi hipnótico en sus apariciones, que provocan decenas de análisis sobre su estilo y su lenguaje corporal. Cada vez que ha lucido trajes o vestidos en color rosa o blanco, los preferidos por el movimiento feminista, los medios lo interpretan como un mensaje a su marido. «Después de haber escrito tanto sobre ella, he llegado a la conclusión de que todo lo que Melania Trump hace, incluida la vestimenta por la que opta, contiene un mensaje oculto», escribe Bennett.

Lo cierto es que esa estrategia ha dado resultados: es la única primera dama que ha pedido abiertamente -por medio de un comunicado de prensa- el despido de una funcionaria de la Casa Blanca que le fue hostil, y lo ha logrado. La prueba de su poder es que quien durante más de dos años fue su jefa de prensa, Stephanie Grisham, fue ascendida recientemente y hoy en día coordina todas las comunicaciones de la Casa Blanca, incluidas las de su marido.

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