Hay amores que matan y admiradores que a la postre hacen más daño que el peor de los enemigos.
En las afueras de la eslovena Sevnica, ciudad natal de Melania Trump, se erige desde el pasado 28 de junio de 2018 una estatua de tamaño natural que pretende rendir homenaje a su vecina más universal: la esposa del presidente de los Estados Unidos.
La obra, esculpida a golpe de motosierra en un árbol, muestra a la primera dama vestida con el traje azul con el que acudió a la toma de posesión de su marido y reproduce el gesto que hizo alzando su mano izquierda durante el juramento.
El artista estadounidense Brad Downey contrató a un artesano local, Ales Zupevc, para tallar la imagen en un tronco a las afueras de la ciudad de Sevnica.
El resultado fue una representación de madera de la primera dama estadounidense vestida con un abrigo azul con una mano levantada a modo de saludo.
El artista tiene una exposición en la capital de Eslovenia, Liubliana, hasta finales de agosto. Según los reportes, la galería sugirió que la estatua «podría ser solo una broma».
Sevnica se ha convertido en un imán turístico desde que Donald Trump fue elegido presidente de Estados Unidos en 2016, y Melania Trump, su antigua residente y antes Melanija Knavs, se convirtió en la primera dama.
Productos como el pastel Melania, la miel Melania, los pantalones Melania y el vino Primera Dama generan ingresos en Sevnica,cuyos negociantes siguen aprovechando el momento de fama para sacar un poco de provecho.
Desde que en 2017 Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos y Melania se convirtió en primera dama, la pequeña localidad parece haber sido situada en el mapa.
El pueblo tiene alrededor de 5.500 habitantes, queda a una hora de viaje hacia el este de Ljubljana, la capital de Eslovenia.
Melania Trump vivió allí hasta su adolescencia, antes de mudarse a la capital para comenzar sus estudios en la secundaria.
Sus hitos relevantes son Kopitarna, una de las empresas de zapatos más antiguas del país; Stilles, una empresa de muebles que suministra a hoteles internacionales; y Lisca, la empresa de lencería más grande de Eslovenia.
Además, Sevnica tiene además un hotel, un festival de Salami… y un vino dulce que emborracha a la segunda copa.
Hasta que Melania entró en la Casa Blanca, sus principales atractivos turísticos eran poco más que un viejo castillo de 900 años de antigüedad y el río Sava, famoso por atravesar también a Croacia, Bosnia y Serbia, y por desembocar en el Danubio.
Aprovechando que los visitantes buscan información sobre los primeros años de la ahora primera dama estadounidense, los residentes han sacado a la venta gamas de productos de la marca Melania, que incluyen zapatillas, pasteles y hamburguesas similares a Trump con «pelo» de queso suelto.
Mientras que para algunos la nueva escultura va demasiado lejos, Katarina, de 66 años, dice que es una «buena idea» tener la obra de arte.
«Melania es una heroína eslovena, llegó a la cima en Estados Unidos».