Un artículo publicado en el diario "The Evening World" el 18 de enero de 1901 cuenta la historia de Murray Hall

La increíble historia de Murray Hall, el político neoyorquino cuyo mayor secreto fue revelado cuando murió

La increíble historia de Murray Hall, el político neoyorquino cuyo mayor secreto fue revelado cuando murió
La increíble historia de Murray Hall, el político neoyorquino cuyo mayor secreto fue revelado cuando murió BBC

La verdad suele salir a la luz. Murray Hall tenía fama de tipo «duro»: bebía en grandes cantidades, fumaba, jugaba al póker e incluso se peleó con un policía. También tenía una carrera política activa en la Nueva York del siglo XIX y un negocio como fiador judicial.

Hasta aquí, su descripción coincide con la de muchos hombres de su época. Pero un aspecto de su vida permaneció en secreto hasta que murió de cáncer, en 1901.

En ese momento se supo, por primera vez, que había nacido mujer.

Más tarde salió a la luz que había nacido en Govan, Escocia, Reino Unido, como Mary Anderson.

Según una fuente citada por el NYC LGBT Historic Sites Project, una iniciativa para documentar la historia de la comunidad LGTB en Nueva York, Hall empezó a vestirse como hombre en su adolescencia, y luego huyó a Estados Unidos cuando su primera esposa reveló su género a la policía.

Allí adoptó el nombre de Murray H. Hall, antes de casarse por segunda vez y empezar sus negocios y su carrera política.

La escritora y archivista Mel Reeve cuenta que hubo una «gran reacción» en los medios tras su muerte.

«La gente estaba muy enojada y sentía que había sido traicionada, pero, obviamente, él estaba viviendo de la forma que quería, siendo un hombre».

Los periódicos reportaron sin descanso sobre lo ocurrido en artículos que reflejan algunas de las actitudes de la época.

The New York Times, por ejemplo, lo acusó de «disfrazarse» con atuendos masculinos y decía que Hall se había ganado fama de «bon vivant y buen tipo».

Un senador describió como Hall solía «codearse con las grandes figuras» políticas del condado y dijo que era un representante público de peso.

«Se vestía como un hombre y hablaba como uno muy sensato», agregó.

Otro político le dijo aThe New York Times: «Se acomodaba en el bar y bebía su whisky como cualquier veterano, sin hacer muecas. Si era mujer, debería haber nacido hombre, porque vivía y parecía uno».

Según el periódico, Hall «ejercía una considerable influencia sobre Tammany Hall», una organización política que jugó un rol importante en el control de la política de la ciudad de Nueva York y en el estado homónimo, según recoge el autor original de este artículo Gillian Sharpe en BBC Escocia y comparte Manuel Trujillo para Periodista Digital.

A otros, lo que más les molestó es saber que Hall había votado, en momentos en que las mujeres no habían conseguido el derecho a voto en el país.

«Sintieron que alguien estaba cometiendo una transgresión», agrega Reeve.

The New York Times señala que Hall sufrió cáncer de mama durante muchos años, y especulaba que él no había acudido al médico por temor a que se descubriera su secreto.

Por ello, Hall tenía una colección de libros de medicina que utilizaba para tratarse a sí mismo.

Cuando finalmente decidió consultar a un médico, le quedaban pocos días de vida.

Su esposa había muerto unos años antes, dejando a una hija adoptada como única heredera.

La historia de Murray Hall fue rescatada del olvido ahora por un proyecto sobre la herencia homosexual de la Biblioteca de Mujeres en Glasgow, Escocia.

Sue John, de la biblioteca, cree que es importante tener una visión más amplia para entender la sociedad y la historia.

«De lo contrario, uno se queda con un conocimiento parcial de la historia, que por defecto es una historia de hombre blancos», señala.

Ken Lustbader, de NYC LGBT Historic Sites Project, coincide.

«Si eres un niño transgénero o que no se ajusta a la norma y encuentras esta historia y ves que Murray Hall fue alguien que vivió toda su vida sin el apoyo de nadie, es algo inspirador», considera.

«Estos fragmentos intangibles de historia e información te dan un sentido de conexión con el pasado y un sentido de orgullo, y hacen que no te sientas aislado».

Lustbader, que vive cerca de la última residencia de Hall en Greenwich Village, en Nueva York, fue a visitar su tumba anónima en el cementerio Mount Olivet, en Nueva York, a principios de año.

Hall, según The New York Times,fue enterrado con ropa de mujer.

«Cuando estaba frente a su tumba, me lo imaginé, para su horror, siendo enterrado con vestimenta de mujer», dice Lustbader.

«Sentí que le estaba enviando un mensaje a Murray Hall diciéndole ‘no te preocupes, la gente sabrá tu historia y ya no se burlará mas de ti. Te están reconociendo por la contribución que has hecho y por tu propia lucha personal y por lo que lograste: vivir como un hombre, como quisiste'».

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Autor

Manuel Trujillo

Periodista apasionado por todo lo que le rodea es, informativamente, un todoterreno

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