Donald Trump, al que menospreciaron Hillary Ckinton y los demás cuando sólo era un candidato raro a la Casa Blanca y a quién siguen no tomando en serio muchos, inclouidos medios de comunicación, no da puntada sin hilo.
El presidente de Estados Unidos bromeó recientemente en Twitter sobre su polémico interés por hacerse con Groenlandia publicando una foto en la que se incluye un descomunal edificio dorado con el logo de su archiconocido apellido.
I promise not to do this to Greenland! pic.twitter.com/03DdyVU6HA
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 20, 2019
«¡Prometo no hacer esto a Groenlandia!, reza el texto.
No es por ahí por donde van los tiros. En un momento en que las tensiones comerciales entre Washington y Pekín continúan a flor de piel, las tierras raras acumuladas en esta isla de 2,2 millones kilómetros cuadrados se prometen mucho más apetecibles que cualquier complejo inmobiliario.
Como explica José Luis de Haro este 21 de agosto de 2019 en ‘El Economista’, a medida que la consolidación y una mayor regulación del sector de las tierras raras en China se ha convertido en una granada en la recámara para el gigante asiático, Groenlandia puede convertirse en una nueva fuente importante de estos elementos, particularmente aquellos considerados clave para el creciente sector electromagnético.
Dentro de su territorio, cerca de la ciudad de Narsaq, se encuentra el conocido como el proyecto Kvanefjeld, uno de los depósitos de tierras raras más grandes del mundo.
