El imperio estadounidense ayudará a España en la lucha contra la pandemia del coronavirus, y al Gobierno socialcomunista, que la había solicitado antes, no le queda otra que recibirlo de brazos abiertos, reír y callar.
El propio Donald Trump anunció el envío a España de material sanitario, aunque admitió que será cuando su país tenga un exceso respecto de lo que necesitan, tomando en cuenta que la pandemia está afectando seriamente a Estados Unidos.
«No vamos a empezar a enviar demasiado –material sanitario– hasta que no tengamos un exceso de ciertas cosas», ha señalado Trump en la rueda de prensa del grupo de trabajo del coronavirus en la Casa Blanca.
El presidente norteamericano informó que Estados Unidos distribuirá el «material extra» y destacó a España como uno de los países que ha sido «golpeado duramente» en el mundo por la enfermedad, con 9.053 fallecidos y más de 102.000 contagiados.
«También necesitamos mucho para nosotros, estamos centrados en eso», ha aclarado Trump sobre el esfuerzo de la industria de Estados Unidos para la fabricación de equipos clave como ventiladores.
El presidente norteamericano ya había anunciado a inicios de semana que donaría equipos a España, Italia y Francia, tras recibir Estados Unidos suministros de varios países, incluidos China y Rusia.
«Lo que nos hemos comprometido a hacer, lo haremos», ha reafirmado el presidente norteamericano, que se ha mostrado convencido de que Estados Unidos «dentro de poco» tendrá «muchos más» ventiladores de los que pueda usar, «incluso después de que almacenemos para futuras catástrofes».
«Pronto tendremos más respiradores de los que necesitaremos. Estamos fabricando miles de ellos, pero se tarda un tiempo», dijo Trump, que ha también recalcó que comparte la necesidad «de que todos ayudemos a todos».
Trump advirtió el pasado 31 de marzo que se avecinan semanas «difíciles» en la lucha contra el coronavirus, el creciente número de muertes en el país norteamericano podría llegar a cientos de miles, aún con medidas de distanciamiento social.
En lo que fue considerada como su conferencia de prensa más pesimista respecto del COVID-19, el presidente norteamericano fue acompañado por la coordinadora para el coronavirus de la Casa Blanca, Deborah Birx, quien mostró gráficos que recogen datos y modelos, según estos, las muertes por el virus podrían alcanzar las 100.000 a 240.000 personas en los próximos meses.
Estas cifras se alcanzarían en el supuesto de que los estadounidenses se atengan a las recomendaciones de contención. Una de las gráficas de Birx mostró que, sin las medidas de confinamiento, hasta 2,2 millones de personas podrían morir.
