Jair Bolsonaro mandó todo su apoyo al presidente de Estados Unidos.
El presidente brasileño reiteró su apoyo a Donald Trump y subrayó su deseo personal de que sea reelegido, aunque dejó claro que eso no supone una “interferencia” en el proceso electoral.
“Mi preferencia es clara y eso no es una interferencia. Tengo una buena relación política con Trump y espero que sea reelegido”, dijo el mandatario en una breve conversación con algunos seguidores a las puertas de su residencia oficial.
Las elecciones de este martes en Estados Unidos permanecen sin definición, pero Trump proclamó su victoria en un pronunciamiento que hizo esta madrugada, pese a que el candidato del Partido Demócrata, Joe Biden, aparecía adelante en el escrutinio.
La suerte de estas elecciones está jugada en los resultados en los estados de Wisconsin, Michigan, Pensilvania, Georgia y Nevada, donde la situación se presenta completamente reñida.
Bolsonaro evitó pronunciarse sobre esa situación y sólo declaró que “Brasil seguirá siendo Brasil” y mantendrá su tradición de “no interferencia” en los procesos internos de otros países.
En ese marco, reiteró sus críticas a Biden, quien ha puesto en tela de juicio las agresivas políticas de Bolsonaro para el medioambiente y en particular para la región amazónica, que, desde que el líder de la ultraderecha brasileña está en el poder, ha sufrido los peores incendios y una deforestación récord en varias décadas.
“El candidato demócrata, dos veces, habló de la Amazonía. ¿Es eso lo que quieren para Brasil? Porque ahí sí, es una interferencia de fuera hacia adentro”, puntualizó.
Bolsonaro insistió en que “ninguno de los Gobiernos anteriores” en Brasil habían tenido una relación de la “calidad” de la que él tiene con Trump y aseguró que “hay gente a la que le incomoda eso”.
“Creen que yo debería ser enemigo de Estados Unidos o criticar al Gobierno y elogiar a Venezuela, Cuba y otros países que no tienen nada de ejemplo para nosotros, en Sudamérica”, apuntó.
Por el momento, el candidato demócrata aventaja al presidente por 238 delegados frente a 213, según las proyecciones de los principales medios estadounidenses, y queda sin decidir un puñado de estados clave, con lo que todas las opciones siguen abiertas.
