Se había negado durante casi una semana a hacerlo

Donald Trump recula y firma los cheques de ayuda al desempleo para 10 millones de estadounidenses

«Simplemente quiero conseguir 2.000 dólares para nuestro gran pueblo, en lugar de los míseros 600 dólares que están ahora en la ley»

Donald Trump recula y firma los cheques de ayuda al desempleo para 10 millones de estadounidenses
Donald Trump. PD

Este domingo, 27 de diciembre de 2020, además de sestear en su mansión de Mar-a-Lago, jugar al golf bajo el sol de Florida, y “trabajar de manera incansable por el pueblo estadounidense” -como dice su agenda, difundida por la Casa Blanca- Donald Trump estuvo ‘firmando cheques. Y muchos.

El todavía presidente de EEUU cedió a las presiones y firmó este domingo la ley presupuestaria que incluye el paquete de ayuda para la pandemia de Covid-19.

Trump se había negado durante casi una semana a hacerlo, lo que había dejado en el limbo los subsidios al desempleo y ayudas para millones de ciudadanos y empresas del país.

Trump calificó el martes pasado de «desgracia» el acuerdo alcanzado por los republicanos y demócratas del Congreso.

Incluía la extensión de los subsidios de desempleo adicionales de 300 dólares semanales durante once semanas y cheques de 600 dólares para todos los estadounidenses con ingresos inferiores a 75.000 dólares anuales, además de partidas multimillonarias de apoyo a las pymes y a sectores como la educación, transporte o la campaña de vacunación.

Trump exigía que los cheques fueran mucho más cuantiosos, de 2.000 dólares por persona.

Y protestaba porque se habían incluido partidas para países extranjeros o entidades culturales; era un truco populista porque esas partidas iban dentro de una ley presupuestaria más amplia, que se vinculó a la ayuda para covid para forzar su aprobación en el Congreso.

Este mismo fin de semana, el presidente de EE.UU. insistía en su oposición al acuerdo: «Simplemente quiero conseguir 2.000 dólares para nuestro gran pueblo, en lugar de los míseros 600 dólares que están ahora en la ley».

Trump no llegó a decir que vetaría la ley, pero sí exigió «enmiendas». Mientras tanto, se negaba a firmar el texto. Eso tenía un precio para los estadounidenses: la última ronda de subsidios al desempleo semanales se entregó este sábado y la de la próxima semana estaba sin garantizar. Tampoco los cheques individuales, ni las ayudas para empresas, ni la extensión de la moratoria para desalojos.

Hasta 14 millones de desempleados podrían quedarse sin su paga la semana que viene.

Además, su negativa también dejaba en el aire el presupuesto federal, lo que abocaba al país a un cierre parcial del Gobierno o a continuas extensiones del anterior presupuesto, como ha sucedido hasta ahora.

Con el paso de los días, Trump empezaba a aparecer como el malo de la película. Fue su propio secretario del Tesoro quien negoció y celebró el acuerdo con los cheques de 600 dólares. Los líderes republicanos del Congreso también se felicitaron por la aprobación del paquete.

La negativa del presidente solo parecía favorecer a los demócratas, que desde el principio han exigido ayudas más cuantiosas -fueron más bajas de lo que ellos querían para conseguir el acuerdo de los republicanos-, y dejaban a millones de estadounidenses en el limbo a poco más de una semana de las elecciones para el Senado en Georgia, que son decisivas. SI los republicanos pierden los dos escaños en juego, la mayoría en la cámara alta irá a manos demócratas.

Durante el fin de semana, las críticas de los republicanos contra Trump se multiplicaron. «Se acaba el tiempo», protestaba este domingo el senador republicano Patrick Toomey en Fox News. «Entiendo que él quiere ser recordado por defender cheques cuantiosos», dijo sobre la negativa de Trump a firmar la ley. «Pero el peligro es que sea recordado por el caos, la miseria y un comportamiento errático si permite que las ayudas expiren».

Un compañero de partido, el diputado Adam Kinzinger, también criticaba la actitud de Trump después de un acuerdo negociado en el Congreso con la participación de la Casa Blanca. «No entiendo lo que está haciendo, a no ser que sea solo para crear caos y mostrar poder y estar enfadado por la derrota en las elecciones», dijo en la CNN.

«Si no, no lo entiendo, porque esto tiene que aprobarse».

El domingo por la noche, Trump acabó por ceder. Durante el fin de semana, algunos de los legisladores republicanos que tienen mejor relación con él le trataron de convencer de que firmara la ley. Entre otros, según ‘Politico’, le llamaron Kevin McCarthy, líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes; y los senadores David Perdue -que se juega su escaño por Georgia- y Lindsay Graham.

Trump dijo el domingo por la noche que firmaría la ley presupuestaria y el paquete de ayuda para el covid pero que lo acompañaría de un «mensaje fuerte que deje claro al Congreso que hay partidas derrochadoras que tienen que eliminarse» y aseguró que enviaría una versión a los legisladores con esas correcciones. El Congreso no necesita seguir esas indicaciones de Trump y lo más probable es que las ignoren.

El mandato del actual Congreso expira el 6 de enero y día del mismo 20 jurará su cargo un nuevo presidente, Joe Biden.

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