Más de un centenar de republicanos se alían con los demócratas

El Congreso de EEUU anula por primera vez el veto de Donald Trump a una de sus leyes

Las dos cámaras aprueban la ley para financiar la Defensa con más de dos tercios de los votos

El Congreso de EEUU anula por primera vez el veto de Donald Trump a una de sus leyes
Vladimir Putin y Donald Trump. PD

Otro palo y fuerte a Donald Trump, a quien apenas quedan dos semanas largas en la Casa Blanca.

El todavía presidente de EEUUhabía logrado mantener durante todo su mandato una férrea disciplina de partido en las filas republicanas, pero esa disciplina se ha roto.

Por primera vez desde que el neoyorkino se instalara en la Casa Blanca el Congreso se ha puesto de acuerdo para anular uno de sus vetos con el apoyo abrumador de los conservadores en las dos cámaras, toda una bofetada de Año Nuevo para el presidente que sirve también para poner de manifiesto que su partido está listo para soltar lastre del mandatario una vez agotadas casi todas sus opciones para revertir el resultado electoral de noviembre.

La ley aprobada en el Capitolio aportará 740.000 millones de dólares para financiar la Defensa, uno de los pocos asuntos que generan consenso bipartidista en la capital.

Trump sorprendió la semana pasada al vetar la ley de financiación del Pentágono, que incluye una subida del 3% en el salario de los militares, aludiendo a varios capítulos que poco tienen que ver con la Defensa.

Pero desde entonces se ha ido quedando solo.

“El liderazgo débil y cansado de los republicanos permitirá que la mala ley de Defensa se apruebe”, escribió hace unos días en las redes sociales cargando contra la cúpula republicana, la misma que le permitió sobrevivir al ‘impeachment’ con una sola deserción y la misma que ha dado cobertura a sus acusaciones falaces de fraude.

Pero todo parece indicar ahora que la tripulación empieza a saltar del barco a medida que se hunde.

109 diputados republicanos y decenas de sus senadores votaron para revertir el noveno veto de su presidencia, suficientes para alcanzar los dos tercios de votos necesarios en cada cámara.

La semana pasada se vio una estampida similar, cuando el líder conservador del Senado, Mitch McConnell, se negó a llevar a votación la propuesta del presidente, respaldada por los demócratas, para aumentar hasta los 2.000 dólares el cheque de 600 dólares que se enviará a los estadounidenses para ayudarles a capear la crisis del coronavirus, una de las ayudas incluidas en el segundo rescate aprobado estas Navidades.

Trump tuvo que tragarse ambiciones, como ha tenido que tragárselas con esta ley de Defensa que puede leerse como un repudio a algunas de sus políticas como comandante en jefe. La masiva ley limita sus opciones para retirar a las tropas estadounidenses de Afganistán, Alemania o Corea del Sur y también restringe su capacidad para destinar fondos militares a la construcción del muro en la frontera de México.

No fueron las únicas objeciones esgrimidas por el presidente. Había otras, como su oposición al cambio de nombre de las bases militares bautizadas en honor a militares y dirigentes de la Confederación o su insistencia en que la ley incluyera una cláusula para acabar con la inmunidad legal de las grandes compañías tecnológicas sobre el contenido de terceras partes que publican en sus plataformas.

Aunque la cláusula no tiene ninguna relación con la Defensa, Trump se empeñó en incluirla para castigar a un sector al que acusa de silenciar las opiniones conservadoras.

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